Torneo Apertura quedó (casi) definido en el partido del gol que se travistió en córner
Un error grave de los árbitros influyó decisivamente en el resultado final del partido que Fénix le ganó 3-2 a Durazno. El buen nivel futbolístico quedó escondido en la emotividad dominante y, sobre todo, en muchos fallos arbitrales inconsistentes pero decisivos.
Este partido será recordado por el gol convertido a favor de Durazno y no cobrado por el juez Carlos Aguirregaray. Lo cierto es que lo sucedido a partir de los ocho minutos del segundo tiempo torció –no sabemos en qué dirección- la historia del partido, pero lo que sí sabemos es que el equipo de Durazno que llegaba al empate 2-2 en esa jugada resultó notoriamente perjudicado en tanto siguió abajo 2-1. Ese penal que ejecutó el veterano y experimentado futbolista argentino Daniel Tilger se convirtió en gol. El juez principal le dio validez con el aval de la carrera decidida del asistente encargado de controlar la línea de gol, Daniel Olivera, quien se dirigió hacia la línea media con el gesto establecido para marcarle a su compañero el gol.
Una duda secundaria se abrió en tanto la pelota siguió hacia afuera y dio contra los carteles de publicidad. ¿Qué pasó? Algún problema existió en la red, obviamente, ya sea por rotura o porque permitía que la pelota pasara por debajo. Eso fue lo que aprovechó el golero de Fénix, Javier Irazún, al interponer un reclamo ante Aguirregaray y lo llevó a examinar la red. Esa observación fue muy superficial, Irazún reafirmó al árbitro en su inseguridad y éste enfiló hacia su asistente Olivera y ambos -desconfiando de su propia capacidad de observación- decidieron que la pelota había pasado por afuera y que se habían equivocado al dar el gol, por lo cual cambiaron el fallo y resolvieron que era córner a favor de Durazno en tanto el golero había logrado tocar la pelota ante el disparo de Tilger. Las protestas se arremolinaron alrededor de Aguirregaray por un lado y de Olivera por otro, pero, al final, varios minutos después de la ejecución del penal, el tiro de esquina se realizó y todo siguió adelante aunque el clima de intranquilidad no se disipó. Hubo, por ejemplo, encontronazos entre la guardia policial y los hinchas duraznenses ubicados en la tribuna de la bahía capurrense.
El choque entre el primero y el segundo de la tabla de posiciones del Torneo Apertura era importante, decisivo para la definición de ese campeonato. Fénix llegó al partido con 25 puntos y el equipo del interior con 21.
Fénix pegó primero. Aunque los rojos tenían predominio en el desarrollo del juego, los albivioletas, ahora a rayas, llegaron rápido al gol y luego parecieron asegurar la victoria antes de la media hora de juego. Mauro Guevgeozian fue fundamental en ambos goles. El primero lo convirtió usufructuando un error defensivo, y el segundo lo preparó para que definiera el lateral Pilipauskas en una llegada muy profunda al ataque.
Durazno, con el viento en la puerta, nunca aflojó. A los 16 minutos, por ejemplo, el riverense Boldrini llegó a situación de gol e Irazún le frustró la posibilidad. Enseguida del segundo gol, el técnico le dio entrada a Tilger, quien se ubicó como delantero central en lugar de un volante de contención. Menos de tres minutos después un penal le dio chance a otro buen futbolista argentino, Diego Baldés, de marcar el descuento, el 2-1.
El segundo tiempo empezó con todo. A los tres minutos el Toto (Pájaro para los montevideanos) Márquez, el ex Nacional, estuvo cerca de convertir luego de una trabada en cancha abierta con el moreno zaguero Tabárez; un minuto después, Guevgoezian le dio fuerte y afuera ante pase de Federico Aguilera; a los seis minutos Almirón salvó en la misma línea un cabezazo de Tilger ante córner de Baldés. Luego vendría la incidencia central del partido, ya reseñada.
Desde ese momento el partido mantuvo la emotividad y las decisiones de Aguirregaray no transmitieron seguridad en las instancias fundamentales, ni en las expulsiones ni en los penales.
Hay que decir algo muy importante en lo estrictamente futbolístico: ambos equipos tuvieron un afán de protagonismo y de ofensividad que lleva al elogio de ambos técnicos, al del interior que dirige al equipo montevideano y al capitalino que está al frente del representativo del centro del país.
A los 14 minutos, con dos cambios dirigidos a volcar el equipo a una actitud de prevención, Giordano viró y su equipo se comenzó a parar en el borde de su área sin salir a achicar la cancha ya nunca más. Eso lo ubicó en situación de riesgo permanente porque, a la vez, el ataque rojo fue constante. El contragolpe al que se jugó Fénix dio un fruto precioso con un golazo del cordobés Matías Porcari. El 3-1 volvió a parecer definitivo a esa altura del encuentro pero el gol postrero de Tilger -otra vez de penal- dio un final de vértigo, donde el empate estuvo cerca. En medio de todo ello quedan las expulsiones de Brum, de Botta, de Pumar, y el tiro penal en el palo de Guevgeozian.
En definitiva, vimos un partidazo con aditivos que llaman a la rebeldía al equipo del interior y que deja a Fénix de cara a la obtención del Torneo Apertura. Con siete puntos de ventaja sobre Durazno y Cerrito, y nueve por jugar, con una sola victoria ante Sud América, Deportivo Maldonado y Plaza, los últimos rivales, obtendrá el primer torneo de la temporada. Además tiene la posibilidad de sacar una buena ventaja hacia la Tabla Anual y el ascenso. En Capurro festejan y con razón.
Jorge Burgell
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