miércoles, 11 de febrero de 2009

Sueño húmedo

Defensor festejó una victoria bajo la lluvia ante los rojos del América
En el inicio del grupo 3, los violetas superaron el debut en la edición 50 de la Copa Libertadores con un apretado 1 a 0 sobre el América de Cali.
El equipo del Polilla da Silva una vez más tuvo el mérito de hacer respetar la localía en el ámbito internacional y se quedó con los tres puntos en juego, en un partido que dominó ampliamente en el primer tiempo y que lo tuvo atrincherado en la retaguardia durante buena parte del segundo.
Pese a la intensísima lluvia que cayó durante buena parte de la noche de ayer, la cancha del Centenario mantuvo un estado digno y sobre ese césped, en el choque de los campeones de Colombia y Uruguay, Defensor sacó una cabeza de ventaja.
El solitario cabezazo de pique al piso del Teca Gaglianone le dio el festejo final al núcleo de feligreses violetas agolpados en la tribuna América.
Si bien el segundo tiempo puede haber dejado una imagen magra del trabajo de los violetas, porque en ese período perdieron la pelota, se replegaron demasiado y pudieron perder al menos dos de los puntos en juego, prefiero quedarme con lo bueno hecho por los de Punta Carretas en el primer tiempo.
La conformación de la zona de volantes de Defensor se mantiene y ése es quizá el capital más valioso de este conjunto. Ayer, el argentino Marchant se pareció al que deslumbró en el primer semestre del año pasado, y, junto al laburo menos lucido pero igualmente efectivo de Gaglianone y Amado y al aporte de talento y claridad de De Souza, forjó el desequilibrio sobre esta opaca versión del América de Cali, que no por ser el campeón colombiano debe ser sobredimensionado. A ese buen desempeño colectivo se sumaron los buenos desplazamientos de los laterales Ariosa y Pablo Pintos, y por ahí el equipo uruguayo sacó una ventaja sobre su rival.
La importancia de lo hecho por los volantes se acentúa si se tiene en cuenta que ninguno de los delanteros de Defensor, Vila y el Viruta Vera, anduvo claro con la pelota. Así y todo, los violetas empujaron, arremetieron y terminaron marcando la apertura antes del ocaso de la primera parte.
Después, el trámite del juego cambió, los colombianos agarraron la pelota, vino el sufrimiento y el arquero Martín Silva se puso un par de veces el traje de salvador, pero lo que importa es que los tres puntos se quedaron acá.
Arrancar ganando es fundamental, dicen.
Eso hizo Defensor que arrancó bien su camino en el llamado grupo de la muerte, en el que también está el San Pablo brasileño y el DIM, verdugo aurinegro. El mote necrológico de la serie no achicó a Defensor, que ya hace rato que a nivel internacional les perdió el miedo a los fantasmas.
GG

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