jueves, 2 de abril de 2009

Quien ríe último sigue primero

Paraguay llegó al empate en la hora, con diez y de visita

Complicado al inicio porque algún satélite se desvió de su órbita o vaya a saber uno qué, que en definitiva se perdieron cinco minutos de fútbol en el espacio. Quizá con un simple ejercicio de inferencia es posible arriesgar que Ecuador salió a matar, porque apenas hubo señal se vio al local todo ido sobre el arco guaraní.

El planteo de Vizuete pareció claro: atacar y atacar, con un esquema regular en que figuraba Guerrón como volante, pero que de hecho fue un siete clásico. Así que por la banda derecha comenzó a desbordar a la zaga paraguaya, que por esos minutos se sumergía en un profundo ahogo.

Fueron diez minutos, desde los ocho a los dieciocho, en que un buen número de paraguayos habrá aprovechado para hacer otra cosa que no fuera ver tevé. Porque no sólo su equipo era sometido en todo aspecto, sino que no dio respuesta de ningún tipo. Así desfilaron Guerrón, Benítez un par de veces, hasta el zaguero Espinoza con chance de marcar. Pero la suerte estuvo con Villar, y los disparos se fueron por un lado y por el otro del arco, aunque no fuese justo.

Paraguay apenas generó dos córners al inicio y nada más. Ecuador aflojó después de tanto desgaste y el partido cayó. Algunos guaraníes la durmieron un par de veces aprovechando faltas y golpes del rival. El juez ayudó a que no decayera con un par de pinceladas de mediocridad hilarante y el primer tiempo se cerró con un amague de gresca.

Héroes

Paraguay no varió en nada su estrategia y Ecuador salió de nuevo con la responsabilidad de marcar el gol. Pero pocas muestras dio de cómo habría de hacerlo, ya que se repetía en su prolijo juego lateral o pelotas frontales imprecisas.

En eso Vizuete pateó el tablero y sacó a Guerrón, quien había sido un acoso para los paraguayos, y colocó a Noboa, aquel que en la hora empató el partido anterior con Brasil. Y el tipo, que está dulce, la primera que tocó la mandó al fondo del arco guaraní con un gran cabezazo.

Si en más de una hora Paraguay creó nada de peligro, nada raro habría que esperar hasta el pitazo final.

Eso, además, dijeron los de VTV, que mandaron la tanda mucho antes que terminara el partido.

Peeeeeero… Martino mandó a Benítez y sacó a Haedo Valdez, que completó un partido flojo. Y en seguida el recién ingresado anunció con una pelota en el palo de qué sería capaz.

Antes se fueron expulsados el asistente técnico paraguayo y el defensor Da Silva, cuando el partido se diluía bajo un domino pasivo del local. Y Cabañas se guardó hasta el minuto 92 para armar un lindo entrevero sobre la izquierda de la defensa local. Apiló a tres ecuatorianos y mandó una pelota al área que, luego de un rebote, encontró Benítez boyando y con un zurdazo infló las piolas para arruinar la fiesta que ya se desataba en el Atahualpa.

Rodrigo Ubilla

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