En el Olímpico fue pura confraternidad. Antes del comienzo la dirigencia ramplense le entregó una plaqueta a Tacuarembó en reconocimiento a sus 10 años ininterrumpidos en Primera División.
A priori era un partido con poca expectativa, ya que los dos equipos están en la parte baja de la tabla y buscaban un triunfo para no complicarse luego en la zona del descenso.
El primer tiempo fue muy entretenido, con mucha dinámica pero poca resistencia de ambas defensas. El que quiso y pudo más fue el local, que contó con una columna vertebral que fue clave en el encuentro: su arquero, Vikonis, le dio seguridad; Marcelo Palau, el patrón de la cancha, tuvo mucha presencia y entregó de buena forma el balón, y Matías Britos con su velocidad y atrevimiento volvió loca a la defensa rival. En cambio, la visita no tuvo un buen encuentro, desde su arquero De León hasta su dupla atacante Martiñones-Díaz.
Los últimos 15 minutos del primer tiempo fueron a puro gol y las defensas no existieron. Pese a que Rampla tuvo dificultades en el juego aéreo, no tuvo complicaciones en la segunda mitad. Otro punto alto del rojiverde fue el lateral Perujo, que sube muy bien, con mucha precisión, y hace goles. Por si fuera poco, ¡es uruguayo, Tabárez! Ya que todo el mundo pide jugadores, yo digo que vean con atención al cinco de Rampla, Marcelo Palau: no luce, pero ¡cómo rinde!
Aunque la hinchada se acuerde y pida la vuelta del Ronco López, el picapiedra está haciendo una campaña mejor de lo que se esperaba. Así que, Ronco, por ahora no te van a llamar.
Leo Bernini
No hay comentarios:
Publicar un comentario