Danubio le ganó a Rampla Juniors en toda la línea aunque recién aseguró la tranquilidad en el campo y en las tribunas con el segundo gol de Perrone (ayer Perrone y Danubio fueron sinónimos) convertido recién a los 32 minutos del segundo tiempo.
El 2-0 final es rotundo y refleja lo que fue el partido mañanero sin TV (Tenfield estaba ocupada con el final de la Vuelta Ciclista) que jugaron Danubio y Rampla Juniors sin la presencia de sus entrenadores reales en la cancha, porque Martín Lasarte cumplía la automática tras la expulsión frente a Racing y el argentino Gustavo Cisneros no ha logrado avalar su condición de DT titulado.
El equipo local, en un campo de juego precioso, impuso superioridad permanentemente. Lo hizo haciendo circular la pelota rápido y por abajo. Por presencia, Tito Ferro daba el tono y la presencia de Diego Rafael aportaba varios toques de exquisitez.
Pero la apertura del tanteador demoró más de la cuenta porque existe una falta de armonía entre dominio de campo y posesión de pelota, con cantidad de llegadas al área rival provocando chances ciertas de gol.
Corriendo peligro de que el golero local Néstor Conde se durmiera debido al madrugón y a la inactividad, pero paradójicamente, justo cuando Rampla había forzado un tiro de esquina por una muy buena acción del delantero sanducero Gastón Puerari por izquierda, llegó el gol de Perrone, que jugó de punta teniendo al combativo Ifrán de compañero de aventuras.
Entonces, con la ventaja de un gol, Rampla adelantó líneas y Danubio acudió al contragolpe. La mejor chance la tuvo Machado, tirando cruzado y ancho a los 41´.
En el segundo tiempo, el equipo dominante ajustó su integración con la entrada al campo de Jorge García, Ribair e Icart. Pero otra vez el necesario gol de la tranquilidad para asegurar la victoria se hizo esperar. Una muy buena jugada de Ifrán, a los 13', fue mal terminada con tiro defectuoso. Incluso la valla de Danubio corrió serio riesgo cuando en ataque aislado, Merlo tuvo la oportunidad del tiro al arco sin marca, disparando afuera más allá del parante más distante.
Hasta que el mismo Diego Rafael Perrone hizo su segunda aparición de gol ya pasada la media hora de la etapa final. El 2-0 liquidó el partido, que pudo tener otras conquistas danubianas, casi todas terminadas sin éxito en las culminaciones del goleador, quien amenazó con llegar al tercer gol y tuvo, efectivamente, una expulsión ramplense que hizo que el rojiverde terminara desarmado y vencido antes de tiempo.
Danubio recuperó a Jorge García y Ribair, espera a Leal -suspendido- y también que mejore Gunino. El Clausura ya es un deseo más imposible que lejano pero la Tabla Anual posibilita logros como para prenderse. El equipo rojiverde refleja en la cancha su oscilante realidad institucional: al igual que la dirigencia, su equipo -aun con algunas figuras individuales valiosas- es muy débil y poco representativo de su historia.
Jorge Burgell
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