Primera final de la champions criolla
A veces esto tiene eso. Pasa con el fútbol, nunca la ves ni pasar , pero te queda de macho en el área chica y lo menos que podés hacer es mandarla a guardar. Debería ser lo que resolviera hacer la prensa nacional el domingo en el Campus de Maldonado cuando se juegue la primera final de la sexta Copa Nacional de Clubes. Todas las radios mandando meta previa de la final, los diarios con enviados especiales y hasta un móvil de Punto Penal en Maldonado para contar lo que pasa en las horas previas del encuentro entre Atlético Fernandino de Maldonado y Ferro Carril de Salto. Capaz que Gorzi va con su camarita y te hace Pasión canaria, y el Pato Celeste a su regreso de su encuentro con Lula -estaba de civil pero con banderas y camisetas- podría salir a la cancha a alegrar a la afición.
Es domingo y Atlético Fernandino, el campeón vigente, viene de una épica clasificación de visitante y por penales en San Carlos ante el Penado 14. Según algunos veteranos, el fernandino tiene la mística y el temple de los grandes equipos de otros años y sin un juego vistoso pero con mucha carpeta quiere quedarse con la copa.
Encarrilando
En Salto preparan el partido con un ojo en lo suyo y otro en lo ajeno, en lo que se pueda saber de Atlético Fernandino. Ramón Walter Rivas, el técnico de los carboneros, le dijo al diario local El Pueblo: “Del rival también depende la integración nuestra o los jugadores que manejemos en algún puesto especial”. La nota agrega que Juan Tato Viera corre riesgo de perderse el juego, porque su lesión podría darle lugar a Emilio Silva en la línea media. El cronista afirma que otro de los “suspensos” se encarna en Carlos Vera, una pieza ofensiva importante cuya titularidad no está confirmada. Incertidumbre a un lado, Vera estará habilitado para jugar, porque ya cumplió con la fecha de suspensión que lo dejó fuera de la segunda semifinal ante Río Negro de San José. Lo mismo pasa con el defensa Pablo Malinovsky.
Ferro, que dentro de tres años festejará su centenario, comparte camiseta con el capitalino Danubio. Su presente sintetiza la fortaleza de la plaza salteña, de posibilidades extrañamente desconocidas en Montevideo. Poco tiempo atrás, Javier Espíndola le contó a la diaria que posee la infraestructura futbolística más importante de su departamento. Agosto lo encuentra preparando su primera presencia histórica en la final de un Torneo de Clubes Campeones de OFI, mientras disputa el certamen futbolero local. Es el campeón vigente de su liga, aunque por estos días corre de atrás: anteayer perdió 3 a 1 ante el River Plate local en el municipal Estadio Ernesto Dickinson por la segunda fecha del Clausura, en el que debutó ganándole a Saladero. La caída le impidió descontarle a Nacional, el líder de la tabla que acumula el puntaje del año, la que homenajea a la doctora Celeste Belzarena de Scaparoni. En la suma del año, los franjeados están segundos, a cinco puntos de los tricolores. Espíndola sabe de lo que habla, porque será el encargado de dirigirlos en la Liga Uruguaya de Básquetbol, que, con su presencia confirmada para esta temporada, recuperará la participación salteña interrumpida hace más de tres años, cuando se retiró Salto Uruguay.
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