Los cerveceros derrotaron a Defensor y clasificaron a la Libertadores
Con tanta fuerza como los cerrenses celebraron su consagración liguillera con vuelta a la Libertadores, Racing festejó el vicecampeonato que le permitirá estrenarse en la actividad internacional, al reservarle un lugar en la primera fase del certamen. Fue una celebración sin copa en la mano pero con Copa a la mano. El equipo de Verzeri hizo historia al derrotar 4 a 2 a Defensor Sporting, que deberá jugar una final con Liverpool para dirimir una plaza en la Sudamericana. Cinco de los seis goles se concentraron en el primer tiempo, sin impedir que el trámite cambiante evidenciara la supremacía confirmada por el gol que Balsas anotó en los descuentos. La foto del grandote gritándolo entre contento e incrédulo pide un rincón en alguna pared de la sede de Millán. Yendo de lo particular a lo general, fue un epílogo triplemente justo: su protagonista había sido la figura de la cancha, así aseguró una victoria merecida por los de Sayago y premió con la inédita clasificación el trabajo de un equipo con raíces en la "B" de hace dos años.
Racing se la ganó por el orden táctico que hoy se le reconoce a coro y que ayer se vio en el complemento. El primer tiempo concluyó con victoria cervecera por 3 a 2, pero antes estuvo 1-0 a favor de los de Sayago y 2-1 en poder de Defensor. El Racing del segundo período, de laterales bien plantados y centrales atentos, empezó a pasar llave ante los ataques violetas y aseguró el fin de la alternancia y el comienzo de la tranquilidad.
El de antes, en cambio, había combinado virtudes ofensivas con desatenciones defensivas casi tanto como su oponente. Los presentes en Capurro ajenos a partidarismo alguno lo disfrutamos, porque la mezcla volvió movido en el marcador un partido no tan movido en la cancha. No es que la Academia y Defensor hayan cambiado ataque por ataque, pasó que atacando promedialmente tuvieron un alto porcentaje de aciertos. Para colmo, lo reforzaron con goles dignos de replay: el de taco de Torres, la colgada de Mora, la definición perfecta de Navarro y la pelota que Scotti dejó en un ángulo.
Aun en los pasajes de incertidumbre, Racing marcó ventajas comparativas con respecto a su rival. Fue más compacto que un Defensor que nunca llenó el terreno comprendido entre la espalda de los volantes y la nariz de los defensas, una estancia que Balsas recorrió sin marcas. El delantero obligó por arriba y jugó un partidazo por abajo. Encaró con caño y asistencia para el primer tanto, lideró la corrida y dio el pase que terminó con el penal del 2-2 y convirtió el último gol.
A Defensor le sobraron buenas intenciones pero le faltó explosión. Lo disimuló con los aciertos que lo pusieron parcialmente en ventaja, pero se le vio cuando cerró el partido sin hacerle pasar mayores calores a Contreras. De Souza, Marchant y Mora fueron menos que Blanes o Pablo Hernández, dos de los medio puntas que jugaron a las espaldas de Balsas. También es cierto que el hecho de que Ostolaza y Scotti hayan sido más que Amado y el Teca, explica el mayor lucimiento de los buenos pies cerveceros. Ferrín intentó impedirlo sin suerte, con cambios que transformaron el dibujo pero no la película. Quedó con tres puntas cuando entró Techera y, más tarde, con tres en el fondo y un medio más técnico desde que ingresó Aleman.
Más que por las variantes, Defensor recuperaría la tranquilidad gracias a la primera victoria del Nacional de Luis González, que le hizo el favor de mantenerlo con vida al derrotar a Liverpool. En el Parque Rodó piensan en ese desempate, marcado para este miércoles. En Sayago, como en los tiempos de la Contra, ahora esperan que llegue febrero.
Martín Rodríguez
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