Nacional con los pibes aplastó a Atenas 5 a 0
Con una gran gestión y dinámica impuesta principalmente por Lodeiro, que volvió a la oncena inicial junto con Coates y Morro García, el equipo tricolor olvidó rápidamente el sacudón de la derrota del sábado ante Wanderers y se siente bien.
Nacional ya ganaba 1 a 0 con la prematura anotación de Chapita Blanco, que con definición de goleador aprovechó la asistencia de Cristian Núñez por derecha para doblegar a Biglianti, que ayer debe de haber pensado en la bruja o la curandera que quería contratar para terminar con sus males. Eso sucedió a los 9 minutos. Casi había quedado atrás cuando Rodrigo Muñoz salió decidido y lejos a cortar un centro. No fracasó ni le pasó nada malo, sino que con una acción simple y efectiva hizo correr la pelota con un saque de bowling a un compañero que estaba muy cerca de él, casi al borde del área. Ese pelado que pudo haber sido Núñez o Ferro, o quien fuera, le metió una primera de alta cilindrada de las que hacen chirriar las gomas y después del progreso inicial se la jugó a Nico Lodeiro, que aún en su cancha y con sus dos carburadores empezó a devorar metros con una verticalidad que asustaba. Cuando ya se vestía de terrible contragolpe, se la jugó a Chapita Blanco, que le tiró la pared de taco sin exceso de preciosismo y con precisión de pase gol, dejando solo a Nico frente al golero, que, desparramado con un efecto de cadera del sanducero, veía cómo el juvenil casi se metía con pelota y todo dentro del arco. Después de hacer ese gol es difícil que te caigas, que te den vuelta el partido. Sensacional.
Que el 2 a 0 es el resultado más peligroso del mundo es un bolazo de tal tenor que seguramente sólo queda minimizado por algunos comentarios de la mesa de Chiquita Legrand o de la hija de Gavazzo. Con un 2 a 0 sostenido por un equipo que quintuplicaba en dinámica de juego a su rival, sólo había que sentarse a esperar el tercero, que fue de cabecita frente al arco del argentino Matías Rodríguez, ayer reprocesado como lateral por izquierda en sustitución de Aranda, que quedó fuera del equipo. En el festejo del tercer gol Matute se acercó a Acevedo y planearon su sustitución, que se efectivizó al arranque de la segunda parte, cuando entró Matías Cabrera.
El Parque palpitaba que seguiría en situación de festejo, pero seguramente no esperaban que asistirían a uno de los goles mejor logrados de este torneo y seguro concursante, junto con el ya narrado de esas ediciones de lo que los periodistas deportivos definen como “selección de goles en las cadenas internacionales”, que no son más que la edición que hacen los argentinos de TyC Sports, Fox o ESPN, esos que después pasa La hora de los deportes con un zócalo que tapa un pedazo del de los argentinos.
Es que el Tata González recicló una bola en posición de 8, avanzó por el corredor del puntero y descargó, le filtró la bocha a Chapita Blanco, que, de taquito, otra vez la jugó para Nico Lodeiro, que otra vez -adivinen cómo- se la jugó para Álvaro González, que a esa altura ya en posición de 10 amartilló se la pudrió en el ángulo a Biglianti. Golazo.
Los carolinos nunca se entregaron. Trataron, pero lo único que cabía esperar eran más goles; una vez más, Núñez se fue por derecha y volvió a dar el pase gol, esta vez para Lodeiro, para que el marcador subiera el 5-0.
Mucho rock.
Martín Ehz
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