martes, 20 de octubre de 2009

Donde manda Capitán (o)…

Gran goleada de Wanderers ante el superfavorito sorprendió a la cátedra

El 4 a 0 con que los bohemios superaron a Nacional llama la atención y sume al equipo de Eduardo Acevedo en su primera minicrisis de identidad. ¿Es realmente el candidato número uno para ganar el Uruguayo? El equipo dirigido por el técnico rosarino Salvador Capitano cuida mucho la pelota, no se ata a esquemas predeterminados y demostró que, a la hora de marcar y destruir a un rival, también funciona muy bien.

Esto último sucedió el sábado en el Centenario: Wanderers (Capitano) ganó la batalla del medio juego. Lo hizo por la cantidad de jugadores dispuestos para ello y por un mejor trabajo técnico, individual y colectivo. Cinco hombres estuvieron dispuestos para esa tarea específica pero trascendente. Un buen jugador como Palau fue el vértice ordenador y cuatro más se dispusieron en línea para obturar los caminos que intentara el rival (Telechea, Corujo, Videla y Argachá).

El Wanderers tocador se volvió un paradójico bohemio disciplinado y presto al trabajo organizado y tesonero. Se comprobó entonces -una vez más- que construcción y destrucción son las distintas caras de la misma manera de practicar bien este deporte llamado fútbol.

A ese planteo que no daba ni sacaba ventaja se le agregó una ayuda inesperada: un ex Wanderers, el Chapa Blanco, pegó donde no tenía que hacerlo y un árbitro no condescendiente con el equipo mayoritario -un mérito indudable y difícil de encontrar- marcó expulsión temprana. Apenas se había jugado poco más de una cuarta parte del encuentro. En un partido que se presentaba como muy parejo -aparte de aburrido y sin llegadas a las áreas con emoción-, la inferioridad numérica influyó mucho.

Nacional encontró jugadas surgidas de las habilidades de Matute Morales, pero el predominio de Wanderers se convirtió en tendencia que se concretó en ventaja en el tanteador, cuando un tiro libre llegó al área bien mandado por un laborioso Matías Corujo, (devenido de lateral en lateral-volante y ahora en volante-enlace). Telechea ganó en la lotería del área habitada por 90 por ciento de los jugadores, porque alternó su misión de recogedor de posibles rebotes para ir a la pelea del cabeceo. Y allí ganó, para que su equipo se fuera al descanso con el 1-0 arriba.

Ante esa situación, Eduardo Acevedo tomó la decisión de realizar dos cambios y llegaron a la cancha Diego Vera y Tata González. Sin embargo, los albinegros no dejaron de presionar y conquistar balones en busca de un equipo querendón, y la ventaja se amplió, casi impensadamente, muy rápido. A los 4 y 8 minutos el resultado ya era 3-0 y si los hinchas tricolores recién se fueron en masa a los 31´, cuando el ingresado Vanderhoegth facturó de contragolpe, ya la disputa parecía definida.

Lo terminó de volcar a favor del equipo que llegaba, como siempre lo asegura el hincha del Grande, como víctima propiciatoria, la entrada del lacazino Julio Palomo Rodríguez, ese lujo que tiene en conserva el rosarino y la expulsión de OJ, otra muestra de imperturbabilidad de De Seja.

Mientras Eduardo Acevedo se preguntaba qué razones habían dado este nuevo revolcón a su tan autoelogiado equipo y los sabios periodistas-hinchas que transmiten los partidos de Nacional por internet concluían con sapiencia que “Coates, el Morro y Lodeiro son titulares indiscutibles”, se jugó ese cuarto final del partido con un 11 contra 9 con amenazas de gol -una gloriosa por lo llena de amagues combinados entre Bigote López y el Palomo allá por los 36 minutos- y la aparición de un giro perdonavidas del árbitro, quien salvó las brusquedades descalificadoras de Matías Rodríguez y Tito Ferro.

Wanderers seguirá su derrotero (¿alguien se dio cuenta de que le faltó Peinado?) y tiene por delante un gran rival como Racing, con pronóstico de partido bien interesante, con los dos equipos que mejores propuestas vienen haciendo en el tránsito de una temporada a otra.

Para Nacional llegará la hora de los ajustes. Los previsibles del ingreso de los seleccionados sub 20, de otros provocados por acumulación de sanciones -aunque exista la selección sub 17 para calcular excepciones- y los que aparejen algunos rendimientos no adecuados a un plantel que tiene adjudicado el calificativo de superfavorito para levantar el trofeo al final del recorrido.

Jorge Burgell


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