Fue empate 2-2 entre Danubio y Cerrito
El griterío reventó en el templo mayor cuando el goleador danubiano Diego Ifrán se presentó en el área, ahí donde todo quema y la frialdad de los artilleros empieza a transformarse en leyenda.
Más aun, cuando corren los minutos de descuento, y el equipo rival recula y la otra escuadra empuja hasta con el alma y con las últimas bocanadas de oxígeno. Ahí apareció Ifrán, más solo que Kung Fu, bajó una globa con el pecho y definió con clase para gritar el 2 a 2.
Cerrito se había quedado con un hombre menos tras jugar un muy buen primer tiempo controlando el juego y anotando goles.
La música de tapones tembló en las gargantas al influjo del goleador auriverde Maureen Franco (siete goles en siete jugados), quien convirtió el 1 a 0 cuando se metió en el área y definió cruzado con pierna zurda contra un poste de Conde.
Iba media hora de juego y Cerrito se movía con especial ritmo: charanga, toque y peligro de gol. El secreto fue manejar el esférico, controlar el accionar y pegar en la red.
Minutos después, con un golazo de Facundo Escalante, que agarró un rebote y sacó un bombazo bárbaro al ángulo, Cerrito cantó el 2-0 y ganaba bien, tranquilo, ordenado por líneas y con ideas ofensivas para liquidar el asunto.
Danubio no embocaba nada. El técnico Giordano ensayó rápido los cambios con el colombiano Mena y el argentino Porcari (que volvió a sentirse) para cambiar el resultado. En el segundo acto creció la franja.
Llegó un centro de Grossmüller y apareció decidido en el primer palo Ribair Rodríguez para conectar de cabeza el 2-1 y llenar de incertidumbre el final de la tarde.
Danubio se plantó con mayor iniciativa en el segundo tiempo hasta que Cerrito terminó cediendo campo y todo terminó igualado. No quedaba nada, apenas dos minutos y de descuentos. Ubríaco venía acomodando el cuerpo como para terminar todo. Ganaba 2-1 Cerrito sobre Danubio con cierta autoridad. Danubio luchó por empatar y logró el objetivo.
Primero mandó Cerrito y anotó dos lindos goles. Poco a poco el partido derivó hacia el pretil mismo de la incertidumbre. El descuento de Ribair, con un cabezazo bajo, anticipando a todo el mundo, aumentó la presión de la franja. Hasta que Ifrán, solo en el área, bajó el esférico de pecho y definió con categoría para gritar el empate final.
La escuadra de la franja empató bien, rescató un punto cuando iba a perder todos y eso le permite mantenerse arriba.
Lindo partido, un tiempo para cada lado, incertidumbre hasta lo último y cuatro goles en los piolines del jueves.
Marcelo Tasistro
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