De local, Liverpool goleo 7-1 a Tacuarembó y quedó compartiendo lugares de privilegio de la tabla junto a Danubio, con 17 puntos. El visitante se vio desbordado por el fútbol de los de Favaro y los locales contaron con un muy buen partido de Alfaro y Figueroa, además de mostrar un muy buen desempeño colectivo.
Los comentarios que antecedían al juego, mostraban la ilusión por sumar de a tres, de local, donde Liverpool es fuerte, teniendo clara una de las consignas esenciales del éxito en el bello futbol: “hay que ganar de local”.
Liverpool se veía venir, porque podría estar ganando y no lo estaba ¿Tacuarembó? Bien gracias. Más allá del arquero, que atajó lo que pudo y del mediocampista Pereira, que intentó jugar, nunca se mostró solvente.
A los 20’ clavados, cuando Liverpool ya dominaba hacía rato y jugaba bien, tras tener la pelota y acercarse con toques calibrados, una falta al borde del área pareció y fue el primero. Elías Ricardo Figueroa la tiró fuerte, abajo, al palo del arquero que nada pudo hacer, tal vez por la cantidad de personas que había delante del balón. El visitante no mostró reacción luego de tal anotación y al pasar 11 minutos más, Elías Ricardo de nuevo apareció y facturó. Liverpool era muchísimo más y el visitante no respondía, colectivamente, dependiendo de una buena incursión de Pereira, que tuvo una que se le fue alta pero cerca. Ya finalizando el primer tiempo el estadio se paró para aplaudir a Alfaro, que sin dificultad dejó atrás al lateral izquierdo metiéndose hasta el área, para tirar el centro atrás que Figueroa dejó pasar para que apareciera Sánchez y rematara cruzado. La paró García, pero en el alto e incontrolable rebote, Mauricio Díaz agarró la pelota de volea, de lleno y como en su sueño más feliz la puso abajo, donde nadie se interponía: 3 a 0 y entretiempo.
El segundo tiempo veía cómo sin cambios en los equipos empezaba a tornarse todo para el mismo lado, cuando pasado el par de minutos y tras un centro desde la derecha del ataque local, llegó por la izquierda Ignacio Medina y marcó el cuarto. Ignacio jugó por el artículo 126.2 de la AUF, ya que en la selección uruguaya sub 15 -casi “baby”- está Brian Sánchez preparándose para el Sudamericano de la categoría.
El partido estaba liquidado pensará usted. ¡Y sí! dirán los demás, pero todo aquel que haya visto a Liverpool sabe que Alfaro aparece siempre entre quienes marcaron goles, y así fue porque un minuto más tarde que el cuarto llegó el quinto por intermedio del 9, luego de una buena jugada por la derecha.
Y ahora pensará ¿qué más? Un segundo de silencio fue lo que sucedió, cuando sin que nadie lo pensara, el visitante descontó por intermedio de Jonathan Ramírez ¿Y ahora? ¿La arremetida de Gardel? ¿De atrás? ¿Desde el interior? No, bájese de la moto, del Sulky, o de lo que sea adonde haya subido. Nada de eso sucedió, es más, en contra de tal idea están los hechos venideros. A los 53’ otra vez Alfaro recibe en el área un muy buen centro medido de Castro -lateral que entiende su puesto- y es derribado desde atrás, para que toda la hinchada se levante, grite penal y Siegler lo cobre. Alfaro, el 9 de muy buen partido, lo metió y fue a festejar contra el alambrado, una locura en Belvedere, media docena y faltaba. Puede imaginarse lector inteligente, la situación. El local toca y toca, sin ningún apuro, el visitante, ya sin nada que perder sale a cortar, corta y así Liverpool generaba tiros libres -lo que más complicó al visitante-, buen fútbol, tiros libres, córners, y sobre todo posesión de pelota. La entrada de Mohamed le sacó un poco la bola al local, pero ya poco importaba. Aún faltaba aparecer alguien importante, nuestra no muy buena amiga impotencia, ésa que apareció por medio de Edgar Martínez a los 82’ cuando levantó, literalmente, a Alfaro y se fue expulsado. Un minuto después Julián Lalinde marcó de cabeza el séptimo, que cerró la goleada de Liverpool que quedó arriba y contento.
DM Camilo
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