El River de Carrasco volvió una tarde y dejó en el piso a Peñarol
A un año de las canchas repletas y las goleadas atadas a la elegancia de Robert Flores o la velocidad de Urretavizcaya, River recuperó parte del terreno perdido, de lo que se llevaron los malos resultados posteriores al inolvidable Clausura de la temporada anterior. Carrasco tuvo que rearmar el puzzle,cerrando las heridas que dejó la partida de gran parte de sus jugadores y la mala preparación precedente al Apertura, forzada por la participación en la Sudamericana del año pasado. River vuelve a ser y se prende en la definición. Con nuevos apellidos y viejas mañas de JR, paseó por el Centenario a Peñarol, al que sumió en otra crisis tras hacerle el módico precio de 2 a 0 pese a poder golearlo. Un inicial esbozo de cambio de ataques, fue dándole lugar a un contraste tan fuerte como el que se genera al comparar los números de uno y otro equipo en las últimas fechas. Desde que River tomó la calle de los encares del enganche Leandro Silva y las combinaciones con los abiertos Zambrana y Córdoba, los de Carrasco fueron un equipo de cuatro victorias seguidas y Peñarol otro de tres derrotas consecutivas. El juego estaba a la altura de ese antecedente.
Los centrales de Peñarol no pudieron con el toque rápido con el que River desarmó cualquier intento defensivo y consiguió poner la pelota en la nariz de Noguera, que tempranamente sustituyó a Sosa. Antes del cambio, el lesionado ya había sido vencido por Zambrana cuando un penal posterior a un encare con tiro al palo puso el 1 a 0. Los de Ribas pagaron en euros la estancia que recorrió Silva, a la que la lenta línea media carbonera le vio el 21 toda la tarde. Sin contar los atropellos muertos en el embudo, su capacidad de generación dependió del desgaste individual de Ramírez. Con lo muy bueno que ha mostrado desde su reciente debut, pide a gritos una chance en un Peñarol mejor. Parece tenerla ganada.
River abrió el complemento posicionado para golear, gracias al acierto del argentino Córdoba. A los 6’ ya ganaba 2 a 0. Otra combinación aceitada terminó con la pelota en el área chica pero, a diferencia de lo que se repitió en el primer período, esta vez apareció el toque corto que impidió que el buscapié pasara sin suerte de palo a palo.
Noguera contó con un inesperado socio de apellido Puppo. A las atajadas del arquero suplente carbonero que evitaron el desastre, se sumaron tres chances transparentes de tan claras, que el delantero darsenero no supo aprovechar. Otro tanto sucedió con Meloño, que definió con displicencia mientras el caos ganaba las tribunas por las desprolijidades repetidas en el arbitraje de De Seja.
Eran minutos de sobra. En la cancha, Ithurralde puso la suela sobre un rival y dejó al equipo con diez futbolistas. En la América, la plana mayor de la dirigencia carbonera casi se va a las manos con los hinchas. Desde la Amsterdam, recrudeció el que se vayan todos. En la tabla, los de Carrasco bajaron a Peñarol de la pelea del Clausura y lo igualaron en la Anual, donde la Liguilla está en disputa. Es que Juan destruye, también.
Martín Rodríguez
domingo, 17 de mayo de 2009
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