viernes, 12 de marzo de 2010

Muy copado

Claudio Dadomo, jugador de Cerro, habló con el Depor luego del triunfo ante los ecuatorianos


Notable triunfo cerrense en Guayaquil, con gran partido, gran planteo y mejor resultado. Los cerrenses siguen con puntaje perfecto y son los únicos punteros del Grupo 5.

En momentos de estudio Cerro bancaba bastante bien la situación de visita, soportando la presión inicial con la que los equipos dueños de casa pretenden noquear de entrada, y hasta logró a los cinco minutos una tímida carga por derecha que Pablo Caballero no pudo concretar con su centro desviado.

Pasó calor en un ataque por izquierda pero de inmediato armó una contra que terminó en falta y posterior centro tiro libre con un anuncio de que con esas bochas se podría causar algun daño aéreo.

Iban sólo diez minutos cuando Ayoví, cual medio fondista, se metió a todo sprint en el área, pero no pudo pasar la posta bien. Un minuto después, después de una falta a Asconeguy, volvieron a llegar al área por izquierda y la definición de Biglieri fue cortada por el Tuco Ibáñez. ¡Uff!

Fue a los 15 cuando llegó la casi primera cerrense, cuando a Morita le picó incómoda en el área penal y pudieron llegar los ecuatorianos con el matafuegos.

¡Pero qué pesados que estaban por zurda esos ecuatorianos! Aceleraban y se metían. Y otra vez. Y otra más. Exagerada amarilla para Melo, el zaguero riverense que cabeceó una pelota y tiró macaco al piso.

A los 26 minutos vino el otro traguito de proyecto de esperanza. Otra vez tiro libre centro desde muy lejos, buena banana, y casi la dominó Mello, el delantero, el que habla algo de ruso.

Pero ellos seguían, por zurdita una vez más; zapatazo y Rolero salvó.

Los últimos minutos de la primera parte ya fueron más tranquilos para los albicelestes, que llegaron hasta el pitazo final sabiendo de la importancia de llevarse el 0 al vestuario.

En el arco de Cerro sorprendió el retorno del joven Matías Rolero, el arquero que se consagró campeón en la última Liguilla, pero que este año había sido relegado por Damián Frascarelli, ex arquero de Miramar, Central y Peñarol. Para el encuentro de ayer el técnico Repetto decidió incluir a Rolero desde el vamos, según él mismo explicó, por razones técnicas, aprovechando el mejor momento de quien integrara los planteles de una de las últimas sub 20.

Ay, ay, ay, si hubiera llegado Álvaro Alejandro Mello al inicio de la segunda parte a una bola azucarada que le puso el Pulga Mora por derecha.

¿Sabés una cosa? No calienta, porque un par de minutos después, cuando iban 6 del complemento, después de un gran lateral de Daniel Leites, Álvaro Alejandro Mello la pudrió en el medio del caño mientras Elizaga jugaba a la mancha hielo, y en el rebote Pablo Caballero acomodó la derecha así, de arriba para abajo, y la mandó al fondo de las redes.

De inmediato en Emelec dieron ingreso al argentino Hernán Peirone a la búsqueda de soluciones ofensivas que permitieran avanzar, ahora por el empate.

Un par de bombazos volvieron a poner a prueba a Rolero. Terrible corrida de Asconeguy presagió la posibilidad del segundo gol, pero fue cortado con falta. Tiro libre.

"Mirá cómo el Chancho Dadomo se la clava", le dije a Alessandro, que vio antes que Elizaga, el golero, y el pobre Pons, relator, cómo la globa atravesaba la goal line, y el partido se transformaba en 2 a 0.

Los eléctricos se pusieron ídem y estaba para liquidarlo con un contragolpe de Álvaro Mello, pero se pialó en el momento del último dribling. Un centro bombeado y sin mucha magia desde la derecha permitió que Pablo Pérez colocara el 2 a 1.

El infierno tan temido se desató en el Capwell, fundamentalmente porque Cerro merecía quedarse con la victoria pero los porteños de Guayaquil iban con todo.

Fue cuestión de aguantar, de laburarlo, como si aquellos lituanos, polacos, tanos y vaya a saber cuántos más de aquel crisol cosmopolita estuvieran aguantando a pie firme como en los frigoríficos.

¡Cerro, Cerro!
Martín Ehz

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