Podríamos decir que ayer Barcelona se consagró campeón de la Copa del Rey por 25ª vez y que lidera su historial de campeones, si no fuera porque el verdadero nombre del torneo es Copa de Su Majestad el Rey de Fútbol y porque, además, a lo largo de su historia tuvo otros tres.
El Barça, que la levantó con dos de las cuatro denominaciones, derrotó 4 a 1 al Athletic de Bilbao en la final disputada en Mestalla.
Los bilbaínos arrancaron el partido con ventaja. Como para igualar la línea de los catalanes en la tabla histórica, ya que la final de ayer enfrentó a los dos equipos que más veces ganaron el certamen de los varios nombres: llegaron 24-23 a favor de los blaugranas, que con su goleada evitaron que los vascos empataran y sacaron dos festejos de ventaja.
Tras el gol con el que Toquero abrió el marcador a los 9 minutos, el equipo de Guardiola dio vuelta el partido con tantos de Touré, Messi, Bojan y Xavi. Así cumplió con el primero de sus tres objetivos del año, que todavía les guarda la inminente vuelta olímpica en la Liga y la final de la Champions: las dos coronas que faltan para que 2009 quede en el mejor recuerdo del Barça.
El plantel campeón cuenta con la presencia del uruguayo Martín Cáceres, que ayer no formó parte del equipo. La memoria futbolera destaca otras presencias compatriotas en final de Copa, como la de Sosita marcando el único gol de Zaragoza en la victoria ante Barcelona en 1985. Aquella en la que Julio María siguió el partido desde el palco, de visita por la España de su amigo Felipillo.
Y antes de que me acusen de mezclar política con fútbol, esa falta imperdonable que detallan los manuales de periodismo deportivo locales en su primer inciso, permítanme aclarar que los españoles se encargaron de hacerlo mucho antes que yo: porque el torneo en cuestión es lo más parecido a un manual de historia contemporánea española. Fue “de su Majestad el Rey” entre 1903 y 1932, antes de volver a serlo desde 1976. En el medio tuvo la desgracia de ser “Trofeo” y luego “Copa de Su Excelencia el Generalísimo” de 1939 a 1976. Una especie de castigo tras haberse dado el lujo de ser “del Presidente de la Segunda República” entre 1932 y 1936.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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