Se viene la tercera fecha de la LUB
Entre mañana y pasado se jugará la tercera fecha de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB), cuyos líderes son Sporting, Cordón, Hebraica, Unión Atlética y Atenas, que ganaron en sus dos presentaciones de esta larga primera fase. Todos los partidos suponen alguna atracción; mañana en Montevideo jugarán Cordón ante Tabaré, Sporting frente a Trouville y Sayago con el salteño Ferro, en tanto Anastasia recibirá a Bohemios en el Socios Fundadores de Fray Bentos y Biguá será local ante Aguada en el Campus de Maldonado. El sábado, en Rocha, Cader estrenará su nuevo piso flotante en el partido con Atenas, Hebraica será local en Welcome frente a Malvín y en Bohemios jugarán Unión Atlética y Olimpia.
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Las dos primeras fechas de la LUB han sido estimulantes. A pesar de que son los primeros puntos, de que queda muchísimo por jugar y de que el intento de la puesta en práctica de un nuevo plan antiviolencia genera muchísimos inconvenientes que traslucen una clara falta de elasticidad y carpeta para resolver situaciones menores, la gente, o sea, nosotros estamos entusiasmados con la vuelta a las canchas.
Es tiempo de enamorarnos de los grandes destaques individuales porque todavía falta tiempo para lograr el desarrollo de sistemas de trabajo que nos entreguen colectivos compactos en ataque y, fundamentalmente, en defensa, y ahí han iluminado nuestra imperecedera expectativa de pibes con héroes básicos a idolatrar algunos gringos que la han hecho carozo por calidad técnica o inmediata capacidad de adaptación, que los hace terminar con números gordos en algunas de las columnas de los planilleros.
En ese rubro, sin dudas masificado por la coincidencia de la televisación para abonados, el que más idolatría instantánea ha generado es Robby Collum, un ayuda base de 1,85 y 26 años, de un inconmensurable poder goleador, principalmente desde el perímetro, que en sus primeros veinte minutos de juego oficial en Uruguay fue capaz de anotar 32 puntos. Collum fue reclutado por Defensor Sporting, que ha tenido una magnífica gestión de selección y adaptación de sus fichas extranjeras por lo menos desde la primera época de Erick Cardenas, Nathan Mielke, los dos Jackson (David y Chris), Woodward y, ahora, este espectacular tirador y Dillon Sneed, el pivot de 2,03 y 25 años que está terrible debajo de la tabla.
Es precisamente Sporting, con el silencioso trabajo y la continuidad de Gerardo Jauri, quien en dos fechas ha impresionado favorablemente, y algunos desesperados jugadores de la futurología ya le ponen el traje de campeón.
No es para tanto, como tampoco lo es la inmediata descalificación por decepción del Trouville de Federico Camiña, que tras ganar en los partidos de preparación ha caído consecutivamente en casa y ante su exigente y particular parcialidad frente a Biguá y Unión Atlética. ¿No será que hay que esperar a que haya más trabajo, más horas de achatar el culo y ensayar las más férreas defensas con alto grado de concentración, antes de sacar el serrucho y hacer de la presencia en las canchas un canto a la descalificación?
Lo de Trouville es poco si uno escucha a los periodistas salteños -de los que seguramente se retroalimenten los aficionados y los hinchas de Ferro- descuartizar con primitiva ironía a Javier Espíndola y su equipo. Lo que debería ser una maravillosa experiencia -la de un equipo de la ciudad volviendo a participar en el principal campeonato de básquetbol del país- se transforma en fracaso precoz porque a alguien se le ocurre que hay que pelear de igual a igual o aspirar a ser campeón sin pensar ni evaluar que todo proceso de construcción -incluyendo el de un club que debuta y quiere ocupar la posición más alta posible- lleva tiempo, aprendizaje, dolor y disfrute.
Martín Ehz
jueves, 24 de septiembre de 2009
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