martes, 3 de febrero de 2009

Se asoman las pirámides

Los juveniles celestes le ganaron a Colombia y se acercan al Mundial de Egipto
La selección de Diego Aguirre recuperó la sonrisa. Consiguió ayer en la noche su primera victoria en el hexagonal final del Sudamericano de Venezuela, se reubicó en la carrera por los cupos en juego para el Mundial y por el título continental.
El 2-1 final, obtenido tras una prematura puesta en ventaja colombiana, fue el score de un intenso partido disputado en una cancha muy pesada, llena de barro y charcos, consecuencia de la tormenta tropical que azotó la ciudad de Maturín.
Las condiciones climáticas pautaron el juego, trabado, más peleado que jugado, pero en el que los nuestros mostraron nuevamente una actitud sumamente positiva, reponiéndose una vez más -ya es la tercera vez en lo que va del campeonato- luego de ir en desventaja.
Con poco margen para el juego por abajo, la alternativa ofensiva aérea fue la que prevaleció en ambos equipos, y así fue que se dieron los tres goles del partido. Los dos alaridos celestes llegaron por sendas pelotas quietas ejecutadas por el sanducero Lodeiro, quien dentro del mérito general celeste fue la mejor individualidad.
En primera instancia la bola cayó en el área colombiana y derivó sucia hacia Aguirregaray, que simplificó las cosas y puso el 1-1, totalmente justificado por el mejor inicio de los de Aguirre en el segundo tiempo. Lejos de amilanarse por el 0-1 con que culminaron los primeros 45' (en los que fue más claro el desempeño de los colombianos), la reanudación marcó una remontada celeste que con el empate se agudizó y empezó a mostrar que la victoria estaba al alcance de la mano.
La insistencia uruguaya germinó y esta vez, después del preciso centro de Lodeiro, el arquero colombiano colaboró con una salida muy fea, posibilitando que el cabezazo del delantero bohemio Charquero terminara dentro de la red. El gol fue un impacto tremendo para los cafeteros, que nunca lograron llegar con peligro a nuestro arco después de esa incidencia y se limitaron a pegar algunas patadas bastante desubicadas.
Los nervios rivales se contrapusieron con la calma con que los celestes afrontaron esa parte final del encuentro, manteniendo al rival alejado y dando una clase de cómo cerrar un partido.
Casi sin tiempo para nada, este campeonato juvenil y tropical sigue mañana, cuando se reviva el duelo entre uruguayos y argentinos. El crédito de esta selección está intacto. Volvió a sumar de a tres y sigue justificando la expectativa que genera.
GG

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