jueves, 2 de octubre de 2008

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A Defensor no le salió nada y volvió a perder con River (Arg.) 2 a 1. Ya no hay uruguayos en la Copa
Defensor Sp. está jugando a un nivel bastante más bajo que el del semestre pasado. En ese contexto, anoche quedó afuera de la competencia internacional porque River Plate argentino lo derrotó 2 a 1 en Buenos Aires, sin bailarlo pero jugando irreprochablemente mejor. Los violetas dominaron en la segunda mitad del primer tiempo pero en el resto del partido no le encontraron la vuelta por ningún lado. El fútbol uruguayo, hasta 2009, será de entrecasa.
A los 3’ De Souza la bajó en el área pero se demoró en patear. Me di cuenta de que esa pelota no fue gol por mi omisión en el tema cábalas, responsabilidad de todo el que desea influir en un resultado deportivo desde la tribuna. Entonces crucé los dedos. No anduvo. River dominó el juego, llegando con facilidad e incomodando los dispositivos tácticos que había pergeñado el Polilla para marcar a los petisos de arriba. A los 7’ Ariosa enganchó para el medio de su propia área y el capitán de ellos, Ferrari, se la sacó con mucha comodidad y ajustició a Silva. Ay. Si estaba complicado, en ese momento se complicó mucho más.
Ahí me acordé de que cuando Uruguay le ganó a Bolivia 5 a 0 tenía puesto el buzo rojo y entonces me lo puse. Defensor mejoró, sobre todo en el porcentaje de posesión de pelota. Comenzó a tenerla mucho más, si bien los momentos de control colectivo del balón terminaban abruptamente porque no la movía hasta llegar a la línea de fondo. Y porque la tentación por el centro desde tres cuartos de cancha, procedimiento frente al cual el arquero Ojeda mostró ser vulnerable, fue muy fuerte. Entonces Defensor abusó un poquito de levantar la pelota del piso. No resultó. Salvo por una que dio en el horizontal en un centro de De Souza, no resultó.
El problema para Defensor era la imposibilidad de tejer fútbol a pesar de tener la pelota. William Ferreira no incomodaba mucho arriba porque su conexión con el juego de mediacancha era muy discontinua. En Montevideo, River había defendido notablemente; ayer no se destacó tanto pero le alcanzó para conjurar todos los intentos uruguayos. Al terminar el primer tiempo, con un gol errado por Abreu a los 40’, el panorama era oscuro.
Todo semestre pasado fue mejor
Arrancó el segundo tiempo y crucé las piernas de una forma que suele dar resultado. Pero no. River jugaría todo ese segundo tiempo con mucha calma y los jugadores de Defensor, que querían pararse más arriba e incomodar al rival, no supieron nunca cómo hacerlo para poder generar túneles que perforasen la defensa gallinácea.
El Facha Ferreira metió un tiro cerca, Mora siguió siendo el más punzante, pero Defensor no anda como antes. Y si mirás al banco, no están Viudez ni el Seba Fernández. El campeón uruguayo no podía superar al campeón argentino, pero no sólo porque el fútbol de ellos es superior sino porque este campeón uruguayo, el que dio aquella vuelta olímpica, no engrana como engranaba, de memoria. No hay cábala ni esfuerzo que compense esa falta de fútbol, así que me dispuse a ponerme triste como dios manda. El segundo tiempo fue feo para los que hacíamos fuerza por Defensor y aburrido para todos. Barrado, tras tomar una pelota bajada por Abreu puso el 2 a 0 y Maxi Pérez, en la hora, mandó a la red un cruce de Mora. De rabona, pero no daba ni para gozar eso.
Por suerte, hay revancha. Es en febrero de 2009, cuando Defensor juegue la Libertadores, pero también el domingo al visitar a Nacional. Quedaste afuera en buena ley, parate y peleala en las oportunidades que se te ofrecen. Y chau.
Ignacio Pardo

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