domingo, 7 de diciembre de 2008

Reenganche

Matemáticamente, Liverpool tiene chance: 2 a 1
Con decisión, Alfaro la pidió y la puso en el punto penal. Con fuerza, tiró para gritar un gol y un triunfo tan agónicos como salvadores de las esperanzas más rebeldes. Liverpool quebró a Central Español de penal y en la hora. Está lejos, pero no se bajó de la pelea por el título.
Terminó la racha palermitana, aunque por un momento los de Garisto parecieron dispuestos a estirarla. A los 31’ sacaron de la teoría una jugada perfecta. Llevaron a la práctica pase profundo, desborde, centro pasado y cabezazo: Silva agarró a contrapié al arquero y festejó el parcial 1 a 0.
Antes y después, fue algo más Liverpool. A paso cansino, el negriazul se mostró superior colectivamente. No todo lo esperable según su potencial y las limitaciones de un rival rengo. Anótese que el trámite evidenció los problemas palermitanos. La ausencia del lateral zurdo Martínez llevó a ese extremo al diestro Maulela. Y expuso sobre el otro a Fernández, que generalmente es zaguero. Central careció de su habitual proyección por derecha y sufrió con los timbrazos de Aranda y Alfaro, cuando buscaron al lateral improvisado.
Liverpool comió de la tranquilidad transmitida por el rápido empate de Pezzolano, beneficiario de otra jugada de manual. Favaro sumó variantes ofensivas. Peinado, Varela y Tejera entraron para empujar al rival. No lo habrían conseguido si la suerte de Garisto hubiera sido similar. Pero pasó que dos de sus tres cambios vieron la roja. Darwin Ramírez no jugó ni un minuto antes de irse. Y con La Luz -que inicialmente le dio aire jugando en la espalda de Rodales- ocurrió otro tanto cuando había pasado al lateral izquierdo para reacomodar una defensa atípica.
El grito final de Alfaro se mezcló con la buena nueva del empate de Nacional y Cerro. Liverpool precisa combinar victorias propias con favores ajenos. Y si sus méritos son ante rivales directos, mejor aun: el fin de semana que viene recibe a Danubio.
Martín Rodríguez

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