Con tres de Boghossian, Cerro se aseguró la clasificación a una copa internacional
A los 20’, una buena combinación por derecha con centro medido; a los 51’, una jugada llena de toques con pase profundo por el callejón central; a los 76’, un desborde por derecha con posterior buscapié. Son las jugadas previas a los tres tantos de Cerro, que goleó a Liverpool por 3 a 0 en una noche para el recuerdo de Joaquín Boghossian, que gritó las tres veces. Los dirigidos por Eduardo Acevedo se aseguraron la clasificación a una copa internacional y reconquistaron la punta de la Liguilla a una fecha del final. Las combinaciones que precedieron cada festejo no eclipsan el partidazo del goleador pero le reservan un aplauso al funcionamiento colectivo. Cerro cuenta con la tranquilidad de tener un nueve que vuela pero que no pelea solo, juega con el respaldo de un equipo que justifica el momento que vive.
El once de Acevedo tiene la virtud de combinar practicidad con estética en sus procedimientos. Se acerca tocando, con paciencia para amasar cuando el espacio no aparece y capacidad para hacer el clic cuando el hueco queda a la vista. La prolijidad se apoya en un colectivo, más que en virtudes individuales. Hay una clara intención de salir por las bandas, de buscar el desborde. En el juego lateral se destaca el criterio de Núñez, que marca y sube al mismo tiempo. Si la puerta se le cierra, sabe que el pase en diagonal va a ser bien recibido por una línea media con buenos pies. Que Pellejero sea el que más quita lo dice todo. Porque roba pero sabe entregar. Además, tiene la tranquilidad de tener cerca el fútbol de Suárez, la explosión de Caballero y la habilidad del enganche Cabrera: Boghossian & Cía., desde la delantera, sólo podrían quejarse de puros llenos.
Ayer el armenio volvió a dejar claro cuán incisivo puede ser un grandote cuando sabe con la pelota. Los goles le exigieron distintas demostraciones. En el primero aplicó el manual del nueve con un cabezazo cruzado, el segundo fue una demostración de tranquilidad para resolver algo parecido a un mano a mano, y el tercero, la máxima expresión de saber dónde y cuándo estar para conectar un buscapié bajo el arco.
Liverpool, más lentón pero prolijo, pagó en diferido los golpes del primer tiempo. Al tanto cerrense que abrió la cuenta a los 20’, le sumó la expulsión del lateral Montero 10 minutos más tarde. Durante el remate del primer tiempo, tuvo el mérito de disimular la acumulación de problemas. La mezcla de velocidad y habilidad del olimareño Alfaro fue su mejor carta de presentación, en una noche sólo correcta de Pezzolano y con poca participación de Tejera. Figueroa generalmente perdió con la zaga cerrense, porque los de la Villa casi siempre ganaron en el juego muchas veces aéreo propuesto para el sanducero.
Más allá de las virtudes negriazules que postergaron el sufrimiento, el trámite se encargaría de exponer a los de Favaro aunque fuera algo después del 0-1 y la expulsión. Cerro comenzó a marcar diferencias con inteligencia, valiéndose de la pelota para hacer correr el reloj y explotar los espacios del rival disminuido. La paciencia tuvo su mejor demostración en la jugada trabajadísima que antecedió el 2 a 0, y su premio, en los espacios que pudieron haber hacho más goleadores a Boghossian y al equipo. Porque, si bien llegaría el tercer tanto, hubo varias jugadas de riesgo en las que la diferencia perfectamente se hubiese podido estirar.
La mano vino de regalar y regalarse. Cerro redondeó un partido con momentos disfrutables a la vista pero, también, de enorme peso para la concreción de sus objetivos. A 14 años de su única y recordada participación en la Copa Libertadores, volvió a clasificar a un torneo internacional que perfectamente puede ser el mismo certamen, si el fin de semana conserva el primer puesto o baja al segundo. Los otros objetivos, los de la tranquilidad hija de la billetera, también parecen más cercanos cuando los jugadores de la casa empiezan a cotizar en un mercado que le va a tocar la puerta. Como, parece, ya se la tocó a su director técnico.
Martín Rodríguez
jueves, 30 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario