Tanta búsqueda, tanta solidez y al final se quedaron en la nada del 0 a 0
Defensor Sporting y Liverpool empataron sin convertir goles en la tarde soleada del Parque Batlle y de esa forma dieron ventajas en la Liguilla Precopas aunque mantienen aspiraciones válidas.
Defensor llegó a esta justa de cinco partidos tratando de encontrar un justo premio a sus méritos de dos temporadas seguidas marcando predominio. El campeón de todas las tablas, el que hizo suya la Anual con diferencias claras, el ganador de la del Clausura y el que impuso diferencias apabullantes en la del Descenso –la que junta dos temporadas- en el momento de dar el golpe final está en un proceso marcado de barranca abajo. No presentó su poderío íntegro en la instancia definitiva de la Copa Libertadores, defeccionó en las finales del Campeonato Uruguayo y, ahora, ha quedado cuarto en la culminación de la temporada con un cambio algo intempestivo de dirección técnica lo que vuelve compleja la simple cuestión de plasmar derechos casi adquiridos por méritos propios. En los partidos ante Nacional y Racing se jugará su suerte a futuro y tratará de mejorar su inestable cuarta posición de la Liguilla Precopas.
Ayer disputó de igual a igual un partido duro, disputado con un equipo muy similar en su estructura, en su respaldo institucional, en sus ambiciones.
Liverpool es un equipo de un club que ha tratado con cuidada administración empresarial su desempeño profesional, que tiene buen respaldo, que apuesta a procesos maduros y con tiempo suficiente. En sucesivos años, luego de descender y ascender a comienzos de la década, el final de la misma lo encuentra en su búsqueda de trascender. Entiende su gente y los que lo observan con respeto que llegó la hora de recoger frutos de tanta siembra.
Junto a Racing está invicto y con aspiraciones en el exagonal pero Cerro y Nacional pueden resultarle rivales difíciles de superar como le sucedió ayer contra los violetas o cuando tuvo que remar en inferioridad numérica en el debut ante Racing en un partido donde se vio superado pero del que rescató un empate y un reclamo ante los tribunales, todavía pendiente.
Ayer no cedió terreno pero no pudo imponer superioridad aunque intentó, como en el primer partido, conformar la dupla Marcelo Tejera-Pezzolano como arma distintiva dentro de un equipo de lucha y empuje. Por eso, Eduardo Favaro excluyó del equipo a Michel Acosta, a pesar de su buen engarce con el resto en el partido ganado a River por 3 a 0 el jueves pasado.
Hubo mucho esfuerzo, muchas ganas pero la mayor parte del trajín se sometió a trabar al rival de turno y, entonces, jugaron como en simetría, como con un espejo enfrente y el partido fue meter pata y meter pata y dale que es lindo.
El terreno de buen ver en el césped de verde pleno y vendido como parejo, apenas la pelota rodaba mostraba irregularidades en su conformación y el balón se convertía en conejo saltarín.
La ficha técnica adjunta a esta crónica muestra en sus siempre discutibles puntajes individuales que se destacaron más los encargados de la defensa y algunos volantes de contención. Se destacaron los que tienen el oficio de destruir antes que de construir. Los delanteros netos no tuvieron un minuto de regodeo con la pelota, siempre los apuraron, nunca les dieron espacio…y arriba ¡esa cancha! Sufrieron más que jugaron Emiliano Alfaro, Figueroa, Navarro, Mora y su relevo Vera. A Pezzolano le salió poca cosa y terminó lesionado. Marcos Marcelo Tejera de un lado, y el Pablo Pintos devenido en volante -como en juveniles- del otro, hicieron intentos con sus estilos diferentes pero no tuvieron éxito.
En el primer tiempo un tiro libre de Tejera apenas desviado; dos tapadas consecutivas ante tiros de Pintos cara a cara con Matías Castro luego de un esquive del 30 –pelota por un lado, hombre por el otro-; otra vez Pintos tirando de zurda desviado -en otra muestra de que tiene muchas iniciativas y capacidad para realizarlas pero no termina bien la mayoría de las veces-; una acción interesante de Pezzolano con Rodales; un cabezazo de Navarro ante el mejor desborde de Mora que fue bien atajado por Castro. Poca acción atacante, mucha eficacia defensiva. En el segundo tiempo el resumen da igual.
Así fue que los más de dos mil espectadores presentes, hostigados por el frío, gratificados por el sol pleno, quedaron confusos ante la falta de acciones de gol netas y frente a las camisetas oscuras de ambos equipos que convergían al entrevero general, sólo tenían como estímulo la incertidumbre del resultado final. Las ansias de ganar tres puntos sucumbieron en la realidad de que solo dos, y repartidos, fueran distribuidos lo que resultó poco estimulante para dos hinchadas esperanzadas.
Jorge Burgell
lunes, 27 de julio de 2009
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