Racing mereció ganar pero apenas le empató a Central con un gol de Quiñónez
Los cerveceros que le dieron la espalda al Méndez Piana se quedarán con la sensación de que el empate se parece a una victoria. Se entiende. Dejaron la garganta sobre el barranco cuando Líber Quiñónez empató el partido tres minutos pasada la hora. Sin embargo, la locura del que sacó el empate no alcanza para borrar la sensación de que el trámite vuelve más pesados los dos puntos perdidos por Racing que los perdidos por Central. El 1 a 1 final fue generoso con el locatario, que hasta los 93’ tuvo en sus manos un generosísimo 1 a 0.
Haciendo menos, tuvo más durante un lapso que superó los 20 minutos. A los 26’ del complemento, Delgado metió un pase de catálogo para que Espiga definiera frente al arco colándose en la fisura central de la línea final de Racing. Fue una de las pocas conexiones locatarias. Los nombres de Central no generaron el fútbol esperado. Por izquierda, Delgado jugó demasiado tirado atrás. Su esperada sociedad con el enganche Coelho funcionó poco, pese a que el artiguense fue protagonista de casi todos los momentos palermitanos rescatables. Central Español reiteró el conservadurismo que pautó su último cierre de temporada, condensado en la decisión tomada por Trasante a los 72’: al rato del 1 a 0, el DT se quedó con un solo atacante y agregó al volante Usúcar.
Racing debió llevarse más. Fue por las bandas, apoyándose en las subidas de Aprile y de Barrientos, los escoltas de Falucho. La velocidad cervecera cargó de faltas al fondo de Central, pero no se vio acompañada por la pegada necesaria para aprovechar las idas. Quizá se haya sentido la falta de Balsas o incluso de Quiñónez, que saltó al campo recién en el segundo tiempo. Fue el que, cuando los locales tenían nueve jugadores, le agregó algo de justicia a un final igualmente injusto.
MR
lunes, 24 de agosto de 2009
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