Segundo partido y derrota de Fénix. 2-0 para Racing.
Nada duró la ilusión del hincha de Fénix, que en sólo seis minutos pasó de la euforia al reclamo. Un grosero error de la saga permitió a Barrientos, despierto, llegar con pelota al pie hasta Irazún y convertir con sencilla definición. Enseguida una atmósfera de fastidio y desconfianza se apoderó de medio estadio, agudizado con cada torpe error de los jugadores. Punta de lanza en esto fue Santiago Fogst, que cada pelota que pasaba por sus pies o su radio de acción, se transformó una jugada de riesgo.
Racing controló sin mayores problemas a los peligrosos de Fénix, que irremediablemente se zambulleron por el embudo que propuso Verzeri. El corte para refresco a los 25 minutos algo ayudó, porque un minuto después recién inquietó Fénix con Aguiar por izquierda. Y a diez minutos del descanso, pudo ser el Chengue, pero le faltó fe para tirarse con todo a un buscapié.
Con tres puntas desde los 42’, el DT Luis López intentó alternar el ineficaz circuito interno, con juego abierto por las bandas. Y al empezar el complemento, la más clara, pero Cardinali le apuntó al pecho de Contreras y allí fue la pelota. Se trató de la primera, de tantas otras que atajó el arquero de Racing a partir de ese momento.
Hacía rato que Aprile se había erigido como único embajador de fútbol. Pisadas y pases filosos dieron muestra de tal virtud. Fue gracias a un zurdazo cruzado y largo con que habilitó a Quiñones, que ante la pasividad de la defensa consiguió anticipar a Irazún y dejar servido el gol a Falucho Silva. Iban 58 minutos y fue el adiós a cualquier plan Fénix o cosa parecida, porque si bien hubo oportunidad de descontar, entre Contreras y el reloj se ocuparon de impedirlo.
lunes, 31 de agosto de 2009
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