jueves, 6 de agosto de 2009

Tanto gusto

Descubriendo América
No había exageración en ver gente llorando ayer en la platea de Jardines, profundamente emocionados por la histórica clasificación por primera vez en su rica historia de Liverpool a las competiciones de la CSF. Es que los negros de la cuchilla obviamente no pudieron aprovechar a Sixto González -que dicen era el centrojás soñado- para salir a hacer capote por América, porque en ese entonces no había campeonatos continentales, pero sin embargo tampoco lo pudieron hacer con aquellos equipazos de la década del 70, el de la Operación Coraje, el de la gira por Europa, el de Pierino Lattuada, vendido a Francia; el del 71, 74 y 75 que terminó tercero en el Uruguayo y que parecía ser el club llamado a romper la hegemonía Peñarol-Nacional desde la aparición del profesionalismo. Aquel equipo que fue dirigido por Ondino Viera primero y Carlos Silva Cabrera después y que tenía al argentino Hurt en el arco en las primeras temporadas y al Patín Santos con su buzo verde después, Agapito Rivero, Francisco Campo, Rodríguez Riolfo, Gerardo Pelusso, el Sordo Marrero, Agresta, JJ Amatraín, el exquisitísimo Denis Milar, Hugo Cabezas y otros tantos nombres que irán recordando ahora, de cuando estuvo a punto pero no llegó. También pudo haber estado el Liverpool del 95 dirigido por Puppo, finalista del Apertura, al que le birlaron el título en el último minuto, o hasta en la Liguilla de aquel mismo año. Ayer fue posible.

La conexión Carlos María Ramírez
Cerro sigue de fiesta y no es para menos. El pasado domingo logró el título oficial más trascendente de su historia y, por segunda vez en sus 86 años de vida, se metió en la Copa Libertadores de América.

Con el floridense Gerardo Pelusso como entrenador principal, los albicelestes se metieron en la Copa de 1995 tras haber conseguido la clasificación en la Liguilla del año anterior. En la última fecha del minitorneo los cerrenses estaban obligados a ganarle a Defensor Sporting para igualarlo en la segunda colocación de la tabla. Y así fue. El 1 a 0 con gol del pintor Jacinto Cabrera, le permitió jugar una final para definir la clasificación al equipo de la Villa, que logró ese hecho histórico en definición por penales.

El debut de Cerro en el máximo torneo continental se dio el 19 de febrero de 1995 en el Estadio Centenario frente a Peñarol, con el que igualó 3 a 3. Los once de Pelusso que defendieron la casaca albiceleste por primera vez en la Copa fueron: Ruben Pipa Rodríguez, Luciano Cafú Barbosa, Carlos Torales, Marcelo Bártora, y Próspero Silva; Guillermo Almada, Daniel Dodó De los Santos, el rionegrino Henry Héctor Homann, Arsenio Luzardo, el floridense Diego Viera y Ruben Pocho Acosta. Además ingresaron Jacinto Cabrera y Marcelo Velazco. Los tantos ante los aurinegros los convirtieron Homann, en dos oportunidades, y Torales. Este partido lo comenzó ganando Cerro 2 a 0 y terminó en empate con un tanto de Pablo Bengoechea cerca del final del encuentro.

Tras el debut, los albicelestes recibieron a River Plate de Argentina, con el que perdieron 1 a 0. El dato más interesante es que Cerro fue local en el estadio Luis Tróccoli, siendo el primer equipo uruguayo que jugó como local en su propia cancha por la Libertadores, aunque ya había jugado un encuentro por el máximo torneo continental en el Centenario. En ese estadio, llegó la primera inolvidable victoria ante Independiente de Avellaneda por 1 a 0, el 9 de marzo de ese mismo año, con un gol de Jacinto Cabrera. No hay que olvidar que Cerro estuvo en Segunda División Profesional en la temporada 2006-07, a donde nunca había bajado luego de 50 años en Primera, cuando ascendió con la dirección técnica de Jorge Culaca González. Luego vino la buena campaña con Pablo Repetto, que se coronó con la clasificación a la Libertadores de la mano de Eduardo Acevedo, siendo el tercer mejor equipo del año.

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