Si bien me congratula tomar contacto nuevamente con los lectores uruguayos, no me agrada en lo más mínimo que el motivo de este nuevo acercamiento a ustedes sea la acertada (aunque tardía) decisión de la federación de mi país de poner de patitas en la calle al "señor" Jorge Luis Pinto, hasta hace algunas horas director técnico de la Selección Colombia.
Preferiría tener que comentar lo bien que está en las eliminatorias nuestro equipo nacional u otras cuestiones vinculadas al juego en sí y no a lo que lo rodea, pero de alguna manera el hecho de que Pinto haya sido despedido en definitiva avala, legitima y pondera mi prédica de los últimos 14 meses. Lo malo es que su destitución haya demorado tanto en suceder.
Pasaron muchos juegos, agravios, amenazas, insultos y mentiras hasta que por fin mi voz ha dejado de ser un cubito de hielo en el Polo Norte.
Hoy, cuando la suerte del gran patán santandereano (Pinto) está echada, no me queda más que ver cómo las ratas huyen del barco en llamas y en definitiva no puedo ocultar mi regocijo por poder vivir este momento, el de la retirada por la puerta de atrás del canalla que corrompió nuestra manera de jugar al fútbol.
Quizá sea momento de que aquellos que erróneamente lo eligieron ahora tengan la humildad de también irse, porque muchos de ellos -y esto lo digo con respeto- están chuchumecos. Pero basta de hablar de lo que pasó.
Ahora hay que hablar de lo que viene y por lo pronto en los próximos partidos de eliminatorias ante Paraguay y Brasil, la Selección Colombia será dirigida por el profesor Eduardo Lara, un hombre de probada sapiencia, idóneo para el cargo y que hasta ayer se desempeñaba en nuestras selecciones juveniles.
Su conocimiento del fútbol es incuestionable. En uno de sus primeros actos como técnico de la selección ya lo ha comenzado a demostrar al manifestar que es posible que sean citados los zagueros Iván Ramiro Córdoba y Mario Yepes, dos referentes ineludibles que sin dudas deben volver a lucir la tricota amarilla patria.
Es que de eso se trata. Hay que comenzar de cero luego del vacío provocado por la actuación del inepto Pinto y sus secuaces, y nada mejor para edificar que contar con gente que ha obtenido logros y que en muchas ocasiones demostró apego por la causa nacional.
La pesadillezca era Pinto ha terminado. Sólo debemos esperar cosas buenas del futuro de la Selección Colombia en las eliminatorias rumbo a Suráfrica y sé que así será.
John Jairo Marulanda
jueves, 18 de septiembre de 2008
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