martes, 27 de octubre de 2009

Sacapuntos

Pero gana: Peñarol resuelve los partidos y sigue ahí

No da para decir que es otro si por ello se entiende un cambio radical. Sí puede afirmarse que intenta ponerla contra el piso, juntarse con tranquilidad y mantener cierto orden. También que pega cuando se le presenta la oportunidad y que cuenta con un arquero de los mejores. Hay diferencias notorias entre el Peñarol de ahora y el de no hace tanto. Púa conduce un equipo que consigue que la gente cambie la resignación por la ilusión. Con el 3 a 0 de ayer ante Rampla, los carboneros llegaron a 14 puntos ganados sobre 18 disputados desde que asumió el DT, que se mantiene invicto tras haber dirigido seis partidos.

Hay momentos de lucidez que no logran estirarse demasiado pero arrancan aplausos. Peñarol suma una cuota de fútbol cuando Olivera se enchufa y mezcla polenta con juego. Sigue teniendo la que mantuvo aun en los peores momentos, la que garantiza la sola presencia de Pacheco. Ambos se abren y se adelantan cuando los nutre Román, que por despliegue y manejo saca una diferencia grande en comparación con Gonzalo de los Santos, de recorridos lentos y llegadas tardías.

También hay fallas que habilitan dudas. Qué será de la racha, uno se pregunta, si el equipo no recupera salida por las bandas, si la defensa repite ciertos vicios ante rivales de mayor fuste o si Sosa algún día honra su condición humana y se equivoca.

Rampla, que sin estar a la altura de los aspirantes al premio mayor se presenta como un equipo capaz de hacerle fuerza a cualquiera, dejó alguna pregunta en el cuestionario carbonero. Del Capellán pobló la zona de volantes y soltó a Guevara y a Icart, que intentaron administrar con criterio. Los criterios del primero cuentan con el plus de la finta, ésa que no se lleva bien con Aguirregaray, Ithurralde y Darío Rodríguez. Por esa calle, Novick metió una pelota que pudo valer por 1 a 0 si Sosa no le hubiera manoteado un tanteo a Guevara, en una jugada que contó con replay porque el Vasquito intentó salir del área metiendo un caño y la perdió. También fue la ruta de las llegadas picapiedras que auguraban un segundo tiempo muy distinto del que terminó con goleada. La mejor fue la que contó con lujo de Guevara y habilitación al segundo palo, donde un picapiedra en diagonal sacudió a la carrera a Sosa. El partido quiso que el rebote de la atajada del arquero fuera la raíz de una contra perfecta: Ramis terminó la historia señalando el 1 a 0 en el arco de la Amsterdam. Rampla, que segundos antes había tirado su mejor trompada, regaló la cara en el envión y recibió un golpe comparable con el que casi da.

Los de la Villa nunca volvieron a estar tan cerca de convertir, por más que contemos como llegada la jugada en la que Icart adelantó la pelota luego de que Guevara metiera una habilitación que pudo ser para mano a mano.

El juez y el primer asistente se comieron un empujón de campito de Martinuccio, que tocó de atrás a Benia mientras éste cubría una pelota y esperaba que saliera el arquero. Consiguió que los picapiedras chocaran entre sí, quedaran sentidos y la pelota se le entregara tras una carambola que lo dejó con arco disponible para el 2 a 0. Error arbitral a un lado, la lectura del DT fue correcta al darle un lugar al argentino y sacar a Alonso, que entró poco en juego. El partido se prestaba para un corredor.

Ramis puso el 3-0 y mintió con gusto, para que los aurinegros triplicaran en el marcador la diferencia futbolística vista en la cancha. El equipo de Púa volvió a sacar puntos y, si Defensor no hubiera ganado en la noche tacuaremboense, hubiera manoteado esa punta que hace rato no tiene.

Martín Rodríguez

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