En el Charrúa, Rampla Juniors no fue rival para el renovado y consistente Nacional
Nacional triunfó por 2 a 0 en un partido de quiebre. Nuevo ordenamiento y cinco figuras distintas en la titularidad decidió y presentó Gerardo Pelusso. Después del primer gol el partido se desniveló totalmente y se terminó con el segundo. La etapa final sobró y los tricolores se negaron la posibilidad de una goleada al opacar su juego.
Nacional se recuperó tras la pérdida del invicto ante Liverpool, ganó con facilidad doblegando sin atenuantes a un débil equipo ramplense y mantuvo la condición de líder único del Torneo Apertura a cinco etapas del final.
Pelusso probó en un partido oficial las modificaciones que ensayó durante la semana previa y puede haberse retirado conforme. Hubo un avance. Los tres volantes-volantes que puso a funcionar juntos -Brum, OJ y Arismendi- le dieron solidez, acercamiento a un mejor trabajo en bloque, mucha marca y superior recuperación de pelota.
La vuelta del golero Alexis Viera y la del defensa Mauricio Victorino dieron como resultado más experiencia y seguridad en la última zona. La entrada de Ángel Matute Morales en el enlace de medio juego con ataque le dio versatilidad, muy buenas puestas en juego para sus compañeros, dribling para sacarse marcas, espejo para sus compañeros. Alexis Medina hizo su gol, se mostró asociativo y se aproxima a un buen nivel que en él ya está probado en el mismo Nacional de anteriores temporadas.
Pelusso cambió titularidades que ya venían preparándose y que fueron empujadas por la derrota ante Liverpool. Dieron buen resultado en un partido que se presentó con 18 minutos iniciales de ida y vuelta pero situado el equipo tricolor en posición dominante. Rampla tenía en ese momento capacidad de respuesta o de intento de respuesta. Justamente en uno de esos ataques rojiverdes, en una pelota que se pierde en el área tricolor, nace el golazo de OJ producto de una excelente jugada de contragolpe.
De allí en más se sucedieron los ataques, donde el juvenil Morro García tuvo activa participación, sin poder concretar en jugadas de gol registradas a los 26, 28 y 36 minutos. Faltando tres para terminar el PT, un centro al área de Matute fue conectado por Victorino en la clásica mandada al área rival de los zagueros cabeceadores y Medina puso en acción su olfato áreachiquista y el 2-0 quedó marcado.
Después Nacional desperdició el segundo tiempo, que pudo aprovechar para asegurar el resultado, lo que hizo, pero sobre todo para afinar la elaboración de juego y las formas de llegar a posiciones de ataque pleno con posibilidades de aprovechamiento máximo. En esto debe progresar Nacional. En un deporte de oposición directa hay que saber que cada pelota que se pierde, significa ceder la iniciativa al rival. Por eso hay que cuidar mucho la posesión de la pelota. En este Nacional esto no es regla a cumplirse a rajatabla. Es como si se dijera “si la pasás a un compañero está bárbaro pero si no lo podés hacer dale para adelante que sirve igual” en vez de “hay que pasarla a un compañero siempre para progresar en el terreno, para eliminar rivales; sólo si no podemos hacerlo intentamos la jugada individual, para conseguir los mismos objetivos y si fracasamos vamos a recuperar pero nunca se renuncia a jugar”.
En Nacional -problema general de nuestro fútbol, es cierto- se renuncia a jugar en la primera dificultad. O, a veces, por jugar con más seguridad y cuidando la pelota se entrega hacia atrás, a zagueros y goleros, estos terminan pegándole fuerte y hacia adelante. Jugada contradictoria y abundante por cierto.
Rampla deberá mejorar mucho para salir de la parte de abajo de la tabla, que ocupa con la compañía de ocho clubes.
Nacional llega en mejores condiciones que antes a una zona de turbulencia en su fixture. Lo esperan Danubio, Cerro y Peñarol. Ésa será la prueba más importante del torneo y sus hinchas confían en que la supere a través de la mejora registrada este sábado en el buen campo del Estadio Charrúa.
Jorge Burgell
lunes, 10 de noviembre de 2008
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