En Maroñas los clubes corren por la última ficha
Una vez fui a un draft. Fue en un hotelcito cuatro estrellas del Buceo, donde, apretados en un amplio pasillo contiguo a la sala en la que Tenfield y el Vela Yern habían montado su set de NBA trucha, esperaban nerviosos y tensionados los basquetbolistas que querían seguir adelante en el campeonato. Con sus mejores pilchas, buenos perfumes y sonrisas nerviosas, los tipos volvían a sentir como años atrás el dramático lance de la pisada, magníficamente retratado por Alejandro Dolina en Instrucciones para elegir en un picado.
"Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida: sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advierten su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada", escribió el conductor de La venganza será terrible en su libro Memorias del Ángel Gris.
Sucede que en esta pisada donde no eligen los deportistas sino los dirigentes a través de lo que piden los técnicos y lo que pueden sus presupuestos, quedan muchos que no son elegidos y se vuelven a su casa sin jugar y con la misma sonrisa nerviosa intentarán explicar que se anotaron sólo por joder, que ya sabían que no iban a ser elegidos.
El draft, viejo invento estadounidense para potenciar el espectáculo y tratar de emparejar la competencia, da la posibilidad a los equipos que siguen en la Liga Uruguaya de contratar una nueva ficha y contratar otra para un posible recambio. El último de los clasificados es el que tiene más chances de elegir primero, dado que para la primera tanda de sorteo -una pisada en el bolillero- es el que tiene más bolillas.
Dentro de los diez clasificados se hacen dos grupos: los cinco peores clasificados y los cinco mejores. Los de ese primer grupo serán los primeros en elegir sus nuevas fichas. El sorteo de los lugares de elección de fichas se hace proporcional a la posición en que cada equipo finalizó en la tabla. El equipo clasificado décimo (Bohemios) tendrá nueve bolillas en el sorteo; el noveno (Trouville), siete; el octavo (Paysandú), cinco; el séptimo (Hebraica), tres, y el sexto (Olimpia), dos. De esta forma se ordenarán los primeros cinco que elijan. Después se hace el mismo sorteo pero con los mejores clasificados, que se ubicarán del sexto al último puesto de elección (Atenas, Tabaré, Malvín, Biguá y Sporting) ordenados con la misma cantidad de bolillas de los que ya ganaron el derecho de elegir.
Hay un total de 30 jugadores anotados, la mayoría de ellos de los planteles de los ya eliminados Welcome, Sayago Cordón y Unión Atlética, y en principio los más codiciados parecen ser Juan Pablo Silveira -anotado en la UA pero que estaba jugando en Estados Unidos-, el Pelado Vázquez, Rodrigo Riera, Philipp Holm -base coloniense que está jugando en España-, Demian Álvarez y Pedro Xavier, pero hay otro grupo de basquetbolistas con menos prensa pero buenos oficios que casi siempre son bien vistos, como Federico Martínez, Mauricio González, Marcelo Pérez y Diego Olivera, que también pueden estar en la mira de los dueños de las bolillas.
El evento es esta noche en el Hipódromo y habrá que seguirlo por radio, porque parece que VTV sólo pasará el sorteo del calendario de Apertura y Clausura, que, de acuerdo a las últimas determinaciones, comenzará el viernes 28 de este mes.
ME
jueves, 20 de noviembre de 2008
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