lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Y Tabaré?

Con cierta necedad, enumero -exagerando-: dos días perdidos, 56 pesos de boletos, 100 de la entrada, ponele una bebida y un chopan, y, lo peor de lo peor, una hora y media de mi vida perdida, esperando por un partido que se iba a jugar lejos de casa, en un lugar que nada tenía que ver y sin milicos, que, digamos, en alguna de las versiones más optimistas sirven para, por lo menos, inhibir los arranques de furia porque cobraron un caminar, o el de la vinchita de ellos se toca el pecho y saca la lengua, porque encajó un triple o el yanki aquel grandote que hace piruetas de Globertroter.
Tengo terrible vuelo y lo escribo yo que puedo. No se jugó la segunda parte de Tabaré-Malvín, que, como dicen por ahí, había arrancado el sábado en cancha de los indios del Parque Batlle y se rompió un tablero; seguía ayer, en Cordón y sin policías, porque en Montevideo no había personal a disposición para organizar otra guardia policial ayer para un evento que no estaba previsto, como esa segunda parte del partido.
Al final, por cansancio -porque los cuatro coraceros que estaban a las 21.15 se fueron porque no se hacían responsables de controlar un espectáculo que no tenía menos de 500 espectadores- se suspendió otra vez y nadie sabe si se jugará hoy. Cualquier cosa, averigüe; yo, por más que me haga el caliente, seguro que voy a ir.
ME

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