Con goles de Pacheco, Maxi Lombardi y Bueno, el carbonero venció 3-1 a Bella Vista
Todo es un remolino de colores. Hay gestos y ademanes abundantes, miradas con brillo, aplausos ansiosos y mil banderas. El humo y los cánticos envuelven la pasión carbonera. Viene Peñarol. Gira la guinda en esa batidora infernal de los primeros instantes, igual que una calesita que pasa en cámara acelerada.
Corrían rápido apenas cuatro minutos de fútbol. El juez marcó al borde del área la falta y llegó el Tony Pacheco a meterle la comba envenenada al rincón del ángulo para destapar las gargantas y agitar la tarde con emoción caliente. En menos de lo que canta un gallo Peñarol gritó feliz el primer gol con un tiro libre casi maestro de Antonio Pacheco y la globa lustrosa cayó en la red tras la fallida acción del joven golero Torreira, venciéndole la mano. Fue el 1 a 0 sorpresivo y temprano.
El gol es la modificación radical de cualquier estrategia. A Peñarol se le facilitaron las cosas y a la media hora de juego Bella Vista quedó con un hombre menos por la expulsión del volante Ferreyra. De todas formas, la escuadra de Manta recuperó el útil, pero a la hora de atacar y concretar no tuvo definición. Por su parte, en el primer tiempo Peñarol tuvo dos o tres chances claras arrancando de atrás, pero falló arriba.
La primera mitad resultó aburrida, pegajosamente lenta y sin lucidez para llegar al arco rival. Peñarol intentó meter el contragolpe pero no hubo coordinación adecuada. Con los cambios de Saralegui, el equipo aurinegro ganó en empuje y claridad ofensiva. Entró Richard Núñez para jugar arriba con Bueno y el debutante Lombardi, que ingresó a jugar en mitad de campo por izquierda y generar así mejores posibilidades.
Para Peñarol era fundamental ganar, sumar los tres puntos y alimentar la ilusión de empezar a trepar en la larga escalera de la tabla, para ahuyentar los fantasmas y empezar a creer en su vieja y mágica mística. Ahora está a cuatro puntos del líder, el rival tradicional de toda la vida.
Maximiliano Lombardi, oriundo de La Teja, pidió la bolada y salió como una flecha en diagonal, de atrás -Núñez amagó a entrar en juego-, y llegó el debutante definiendo con categoría y poniendo un marcador sólido para la victoria transitoria aurinegra. El reloj giraba entonces en el minuto 73 del partido. Fue el 2-0 que derrumbó toda pretensión papal liquidando el pleito.
Más tarde, el Loco Bueno, el goleador mirasol, metió un cabezazo terrible y llegó el tercero aurinegro tras la acción de Arias, que levantó el centro fatal. El cartón amarillo tampoco se hizo esperar cuando el artiguense, en su festejo, se sacó la blusa negra; ahora no podrá jugar el próximo encuentro.
El gol de Bella Vista llegó con una anotación del Gato Tancredi, que mandó un seco zarpazo y conectó el descuento papal cuando ya se terminaba todo.
La ilusión carbonera se respira y la capacidad de lucha está intacta. Hasta el último aliento, viene Peñarol.
Marcelo Tasistro
domingo, 2 de noviembre de 2008
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