domingo, 2 de noviembre de 2008

Liverpool pagó 6,10 (*)

Fidel Castro fue decisivo para frenar a Nacional en partido vibrante
Los negriazules pasaron a ganar a poco de comenzar el segundo tiempo con gol del santafesino Ruelli, debieron jugar más de 40 minutos con 10 jugadores al ser expulsado Lalinde, Nacional lo apuró mucho, pero pudo aumentar con un gol de biógrafo y aunque el equipo tricolor descontó de penal se quedó con su invicto.
Explicación simple: el joven golero Matías Fidel Castro (20) atajó todo menos un penal y el polemizado arco de Nacional cayó por dos errores fatales de Burián en hechos aislados pero súper decisivos. De ahí el 2-1 que benefició a Liverpool.
Para que eso pasara, el plantel dirigido por el Lolo Favaro debió presentar un equipo competitivo. No era fácil. Tenía ocho bajas netas. El defensa Juan Álvez y el colombiano Restrepo estaban suspendidos por la expulsión ante Cerro. También Pezzolano. Lesionados estaban Peinado, Máximo Lucas, Gonzalo Vicente, Figueroa y la muy importante y prolongada del golero libio-uruguayo Luis De Agustini, quien recién acaba de dejar las muletas y cuya lesión dio paso al joven golero canario que lució en la titularidad. Capítulo aparte constituye el caso Marcelo Tejera, contratado hace varias semanas y cuando se acerca a una admisible forma física, los cansados músculos de una pierna no le permiten actuar.
Debutó el santafesino Julián Ruelli (22 años, 1.81 de altura, zurdo) y quedó ubicado casi como volante, casi como puntero por izquierda, con poco engarce con el resto del equipo, salvo en jugadas cortitas y puntuales donde se le vio una pierna zurda muy sutil, que luego le serviría de maravillas para asegurar el primer gol, regalo de dios o de Burián.
El esquema de los de la cuchilla estaba bien pensado con línea de cuatro, dos volantes tapones, o dobles cinco; con el eterno y aplomado Macchi, más la mano del ex Miramar, Gustavo Varela; con Ruelli por izquierda para aprovechar la floja marca o simplemente las subidas de su connacional Matías Rodríguez; y el moreno Carlos Sánchez abierto por derecha tapando a Lodeiro y Filgueiras al mismo tiempo. Arriba, el petiso Alfaro y el floridense Lalinde, el segundo Julián del equipo. El primero funcionó muy bien, el segundo nada e incluso se regaló en una expulsión absolutamente evitable.
El esquema de juego no nombra al golero Castro, valor fundamental desde los primeros minutos, cuando Nacional llegó con profundidad haciendo el mejor de sus partidos. Justamente se le criticaba que ganaba y no convencía. Esta vez empezó convenciendo y terminó perdiendo.
Al primer tiempo Liverpool lo sobrellevó, lo aguantó e intentó incursiones del área tricolor por la vía de Emiliano. Nacional no encontró la precisión para dar con el gol que mereció por mejor juego.
Pelusso probó con Matute por Ligüera, nomás al comenzar la segunda etapa. A los dos minutos se dio el gol santafesino. Brazo derecho y pierna zurda de Ruelli para el aprovechamiento pleno. Siegler, de muy buen arbitraje en general, disminuyó en tres puntos su calificación por esta jugada decisiva que no vio. Humano es.
Dos minutos más y un pase de Ruelli dejo solo ante el arco a Alfaro y la pelota, mal impulsada por el rubio se fue afuera. A los 52, Castro salvó dos veces su arco ante arremetidas de Vera y el Morro García. De inmediato vino la expulsión de Lalinde. Y por ahí empezó una arremetida permanente de Nacional. Con el 11 contra 10, con la desesperación por los puntos que se iban. Pelusso alimentó la ofensiva: mandó atacante por defensa (Chapita por Filgueiras) y quedó en un 3-3-1-3 (el argentino, Melo, Romero; Arismendi, OJ, Lodeiro; Matute; Morro, Vera -enseguida Medina- y Blanco), con ganas de ser avasallante.
Liverpool retrocedió demasiado o lo hicieron retroceder, o ambas cosas. Se jugaba en cancha negriazul.
Los negros hicieron su partido con la desesperación del rival y Favaro ajustó -como un buen cirujano- las zonas que se derrumbaban, el mediocampo por ejemplo: Michel Acosta a la cancha para ayudar más a Macchi, Maxi Montero para que el paraguayo Eduardo Aranda (¿lo va a venir a ver Martino?) trascendiera más como volante que como lateral.
En esa lucha desatada y emotiva triunfó Liverpool, con un gol que fue la suma de un blooper más la calidad definidora de Emiliano Alfaro.
El penal al Morro, su decisión de tirarlo y la exacta definición prolongaron la incertidumbre hasta el final de festejo abierto de la parcialidad negriazul, con aplausos generosos para todos y en destaque para Matías Fidel Castro, el héroe deportivo de la jornada.
Liverpool se entreveró y entreveró la tabla de posiciones en los primeros lugares al bajar al líder. Otra fase del Torneo Apertura empieza a seis etapas del final.
(*) Supermatch cotizó en 6,10 el triunfo de Liverpool; 1,30 el de Nacional y 3,75 el empate.
Jorge Burgell

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