Progreso venció 2-1 a Atenas en las semifinales del Ascenso y la revancha se juega en San Carlos la semana próxima
Todos corren, todos hablan. Todos meten como caballos. Un camión de piernas en cada guinda y una estridente gritería a cada instante. Hay mucho sudor y arengas. Detrás de los alambres las caras se contraen. Con el eco de los tambores a ritmo acelerado y flamear de banderas rojas y amarillas, cayó el telón semifinal en la terrible lucha del ascenso. No es fácil. La vieja B son canchas complicadas y a grito pelado.
La madeja de nervios finales dio paso a los besos y los aplausos, al abrazo compañero y la convicción del deber cumplido.
Ganó bien Progreso 2-1 con goles de Danilo Cóccaro primero -en menos de lo que canta un gallo- y de Pablo Pereira con un cabezazo justo.
El descuento carolino llegó con un zurdazo de Gabriel López -que giró en el área como un tornillo- y clavó la guinda bien abajo con el 2-1 (lleva convertidos 18 goles en la temporada). Todo esto pasó en el primer acto.
Fue un partido intenso y ágil, con fútbol bien vertical, toque progresivo y espacios para la elaboración.
Apenas dos minutos después de que Jimmy Álvarez pitó el comienzo, Cóccaro capturó un centro en el área chica del Atenas y definió con exactitud contra un caño.
Sobre los 20 de juego apareció Pablo Pereira y metió el cabezazo para vencer a Biglianti.
Pasada la media hora llegó el descuento de la paciente escuadra de Culaca.
Cuando todo parecía liquidado revivió Atenas jugando con pases largos en materia ofensiva y buen trato del esférico. El fútbol subió de voltaje y pasaron suelas feroces. El juez resolvió todo con abundantes cartones amarillos y una de color rojo definitivo para Gaitán cuando se terminaba el primer tiempo. Fueron 45 minutos intensos, bien calientes, con fútbol interesante y lindos goles en la pasión del ascenso.
En el segundo tiempo se cerró la cuestión. Se terminó lo que se daba. Todo el mundo a correr, a meter, a trancar con alma y vida, a no dar centímetro de ventaja, a respirarle arriba al contrario.
Moller mandó a replegar líneas jugando con un hombre menos y baja obligada de Ramírez, la porción de talento en el fútbol gaucho. Y Atenas mantuvo un esquema bien ordenado, disciplinado en la marca y procuró por todas las vías el empate que nunca llegó.
La película sigue la semana próxima. Está ganando Progreso 2-1 y ahora en campo de San Carlos se define el asunto. Allá irá la fiel hinchada tejana a cinchar por sus colores. Allá aguardan los carolinos confiados en dar vuelta todo. El ascenso se palpita en una laburante barriada de la capital y en pueblos recontra futboleros del interior. En fin, está todo hecho pelota.
Marcelo Tasistro
lunes, 8 de junio de 2009
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