Antoine Helha es uno de los seis cameruneses que transitan por las canchas del fútbol uruguayo.
Integró la selección sub 23 de su país, y en el 2004 vino a Uruguay traído por Dominique Tenée, otro africano que pasó por las canchas charrúas. Bella Vista fue su primer equipo, donde tuvo poca participación en el plantel superior. Sufrió una lesión, lo descendieron a la tercera división e hizo muchos goles. Actualmente juega en El Tanque y es uno de los goleadores del torneo con siete tantos. Sueña con jugar en un equipo grande, hacer un par de goles y pegar el pase a Europa o México.
Confiesa que al principio le costó adaptarse, pero ahora se siente como en su casa. A diferencia de Uruguay, Camerún es un país con mucha diversidad cultural. “Cada región tiene su idioma y sus costumbres”, afirma. Dice que en su tierra no hay una comida típica como el asado acá: hay muchas tantas como regiones y comunidades.
Oriundo de Duala, una ciudad del litoral de Camerún, actualmente vive en Palermo, en Durazno y Cuareim.
Cuando siente los tambores se arrima a escucharlos y dice: “Están de más”. "Los tambores vienen de allá, son nuestros”, afirma, y agrega: “Estar en Palermo nos da la sensación de estar en nuestra tierra”. Es increíble cómo adquirió el lenguaje del asfalto; en más de una ocasión se le escapó un “¿entendés?”, “está de más”, cosas que no se aprenden en clases particulares de castellano.
Tener a otros compatriotas en la misma situación lo ayuda a no extrañar tanto a la familia. “Con Alain Yombi nos juntamos a conversar y a tomar algo”, dice. Aunque, por lo menos, vuelve a sus pagos para pasar las fiestas con sus seres queridos.
Habrá que ver hasta dónde llega este moreno; lo seguro es que no se olvidará del resonar del chico, piano y repique mientras se preparaba para ir a practicar o a hacer las compras.
LB
lunes, 1 de diciembre de 2008
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