P>El Palacio Peñarol volvió a recibir la Liga a plena luz del día y con una serie de promesas incumplidas y avances noticiosos que, se ve, partían de supuestos nunca confirmados. Nos referimos a las comodidades del Palacio y fundamentalmente al piso flotante. Muchos de los que retornamos después de meses al bonito escenario aurinegro nos sorprendimos al encontrar el parqué de siempre. ¿Ustedes no habían leído o escuchado que se iba a jugar con piso flotante? ¿Que no se jugaba en tal distinguido escenario por el cambio de piso? Nada. Las mismas tablillas que habían pisado con championes de lona los papás de Caneiro, Losada e Izuibejeres son las que soportaron las pipitas y las tres tiras de sus hijos que ayer disputaban el partido de primera hora que ganó Malvín a Tabaré por 92 a 85.
Fue un encuentro rarísimo, dado que Malvín, de arranque, tomó amplias ventajas e hizo indisimulable la ausencia del suspendido Clarence Matthews. A Tabaré le costó muchísimo ajustar una buena acción defensiva y llovían los goles de afuera, cuando se recostaban en el acrílico, o de abajo, cuando tiraban la presión sobre el perímetro. El Enano Martínez estuvo muy efectivo, bien acompañado por Izuibejeres, y hasta Gastón Triver, tercer relevo debajo del aro, supo encontrar su cuarto de hora con su efectivo tiro de cuarta distancia. El primer cuarto terminó con Malvín arriba 27 a 17, y para el segundo Tabaré, ya con Matías Benítez, Seba Muñoz y hasta el Colorado Laborda, tuvo un momento de recuperación que lo llevó a arrimarse a tres puntos, casi lo más cerca que estuvo en el partido, pero el acierto constante de Martínez -y también Stephens- hizo que Malvín tomara ventajas tales que seguramente algún bocabierta habrá dicho "está recontraliquidado". No estaba equivocado, pero había mucho más para contar. Se fueron al descanso largo con victoria playera por 18, 53 a 35.
Parecía que lo único que podía salvar al elenco de Fede Camiña era tratar de quedar en partido para entrar al último cuarto con esperanza de reeditar alguna de las hazañitas a las que este Tabaré nos ha acostumbrado en este torneo. Estar en partido se puede traducir en bajar la diferencia a 8 o 10 puntos, y el indio, a pesar de los reiterados aciertos de Fernando Martínez, que terminó con 33 puntos, se fue al último minidescanso 11 puntos abajo: 58-69.
El último cuarto tuvo de todo, un arranque ortodoxo, de más de lo mismo, que nos conducía a una cómoda victoria malvinense, y una increíble remontada de los del Parque Batlle que, a falta de poco más de un minuto, lograron acercarse a sólo una unidad: 81 a 80. Ahí apareció la determinante figura de Joaquín Izuibejeres, que en la bola decisiva tuvo el temple y la capacidad técnica de encestar un triple y una jugada, y después encestó un doble que quebró definitivamente el partido a favor de Malvín, que había dominado durante todo el encuentro, pero que sólo en ese último minuto pudo doblegar a un inquebrantable Tabaré que ha logrado exhumar aquella vieja mística del indio.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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