lunes, 27 de julio de 2009

Longa vida al Bruno

River ganó y volvió a la pelea
En duelo de sin puntos, River superó a Nacional y hundió al campeón uruguayo en el fondo de la tabla de la Liguilla. Las claves del ganador estuvieron en una prolífera generación de fútbol ofensivo y anotar en momentos clave. El tricolor jugó con diez hombres durante buena parte del juego y estuvo cerca de empatar. Pero Montelongo, picando un penal en la hora, cerró el partido en su retorno triunfal a las canchas.

No dio para sesudas especulaciones de cómo se desarrollaría el juego, primero, porque el frío no dejaba hilar dos pensamientos más o menos cuerdos, y segundo, porque a los cinco minutos Cazulo apuntó el primer gol de Nacional. Pero enseguida River inició trabajos en busca del empate. El Japo Rodríguez, con su zurda pulida y una gran visión de campo fue el elemento clave en los rojiblancos. Y a los 19’, de un remate suyo, Henry Giménez tomó el rebote y empujó de zurda al gol.

Como contraparte, el Morro García vio tontamente la segunda amarilla (al igual que la primera) y la superioridad de River fue creciendo de ahí en más. No hubo evidentes situaciones de gol porque los hábiles darseneros se repitieron en jugadas de mucha precisión en velocidad, es cierto, pero vacilantes a la hora de buscar el arco.

Factor JR
En lo que muchos creyeron otro acto de excentricidad, Carrasco mandó a Montelongo (recuperado, luego de meses de lesión) por Porras en el minuto 39. Y como tocado por la varita, su cambio valió el gol de River, porque Montelongo ni bien pisó el campo corrió al área a ser partícipe de un corner y anotó el segundo.

Nacional volvió minutos antes que su rival a disputar el ST, con ansias de dar vuelta la tortilla. Pero a poco de empezar, casi encajó el tercero, sólo que el horizontal no lo quiso así. La desesperación de Carrasco que iba y venía gesticulando ante los errores de definición de sus jugadores fue premonitoria. River desperdició demasiadas ocasiones para liquidar ante un equipo orgulloso y aguerrido por la situación adversa. A los 62’ Blanco pudo descargar toda la bronca contenida, cuando abrochó de zurda una gran jugada por izquierda que hilaron entre Cazulo y Diego Rodríguez.

La virtud de River estuvo en no desesperar ante la presión que le echó encima Nacional con el empate y las circunstancias que lo adornaron. Y a pocos minutos pudo nuevamente desequilibrar con el zurdazo del Japo Rodríguez. Con medio período por disputarse el partido ganó mucha emoción. Nacional nunca resignó el arco opuesto y la endeble tarea de la saga de River colaboró en ilusionar al 97% del Franzini con que el empate no sería un milagro.

Claro que el tricolor desnudó a su defensa con este frío y River acumuló durante esos minutos varios casi goles, como uno increíble, cuando Montelongo no pudo calzar bien la pelota, abajo mismo del arco. Pero sobre la hora, mientras los hinchas de Nacional creían aún en el empate, Montelongo se hizo cargo del penal que fabricó Henry Giménez, pinchó la pelota y la esperanza del campeón uruguayo.
Rodrigo Ubilla

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