lunes, 6 de julio de 2009

Uruguayo e indeciso

Defensor y Nacional empataron otra vez y volverán a verse el miércoles
El Campeonato no se decide. La copa se mantiene ajena a Defensor y Nacional, que cambiaron sus posturas pero no pudieron convencerla. Repitieron el empate a uno del primer partido aunque invirtieron los roles. Esta vez, Defensor terminó proponiendo y Nacional oponiéndose, valorando el punto que hace quince días maldijo. La paridad global, la de los 180 minutos jugados hasta ayer, sólo garantiza el máximo estiramiento posible de la eventual primera serie final. El juego del miércoles que viene inexorablemente tendrá un ganador, porque hasta está previsto que haya penales ante la persistencia del empate. El equipo de Da Silva volverá a estar a una victoria de la consagración, mientras que el de Pelusso jugará por el triunfo que dé paso a una segunda serie de partidos.

Por primera vez en la definición, Defensor jugó con la determinación del que sale a buscar una victoria o, más bien, a ganar un campeonato. Fue durante el complemento cuando Nacional empezó a procesar el cambio de chip, a convencerse de que el empate no estaba tan mal. A esa altura jugaba con diez futbolistas porque, en uno de los pocos hechos repetidos del primer juego, otra vez terminó en inferioridad numérica. Lodeiro fue el Matías Rodríguez de entonces, fauleando dos veces en seis minutos y dejando la cancha un cuarto de hora antes del final. La diferencia entre aquel expulsado y éste radicó en que el argentino había dejado el campo sobre el inicio del complemento. Algo más que un matiz a la luz del devenir del segundo tiempo, porque el Nacional del remate del partido difícilmente hubiera tolerado media hora de trámite al estilo del que Defensor terminó por imponer.

Antes, el partido había amagado con escribir un libreto distinto. Por un momento, Nacional consiguió diferenciarse para bien del juego que empezó proponiendo su rival. Mientras que Defensor llamaba desde lejos a Navarro y Vera, los tricolores intentaban construir en las cercanías del área. El gol de Romero pudo haber tenido un refuerzo pesado cuando el Flaco Fernández estrelló un remate en uno de los palos de Silva. Pero la pelota entraría poco después y en su propio arco, cambiando el partido.

Viceversa
El cambio de roles se gestó en el entretiempo, al que Defensor llegó crecido luego de un gol que les ganó a los esfuerzos defensivos de Nacional y al mismísimo silbato del juez Darío Ubríaco. Los tricolores sufrieron la igualdad un minuto antes del final del primer período. El 1 a 1 marcado por Vera, beneficiario de una de las muchas buenas idas de Pintos, dio paso al tramo de dominio violeta.

El empujón anímico resultante del empate arrancado sobre el final se potenció con la cuota de fútbol que aportó Carlitos Díaz, la carta jugada por el Polilla para la reanudación del encuentro. El santalucense respondió con la solvencia de siempre, sin abandonar esa costumbre de aportar juego y marca en dosis parejas. El DT volvió a salir ileso de una movida a priori sorpresiva, porque el volante llegó al campo de juego para sustituir al Teca Gaglianone.

Los violetas comenzaron a predominar en la pulseada de la mitad de la cancha, ante un Nacional al que las piernas parecían no responderle. Arismendi y OJ jugaron con la carga baja y recargaron el trabajo de la línea final, que tuvo mil rechazos de Victorino y otros tantos cierres del Hueso ante un rival subido a los hombros de Vera. El autor del gol tricolor alimentó su perfil de jugador-comodín desde el lateral izquierdo, ya que sobre la primera mitad había rendido tan bien como entonces pero por el derecho. El cambio de banda llegó tras la salida del argentino Domínguez y el ingreso de Caballero y, al pasar este último a la derecha, Defensor se encontró con una puerta entreabierta donde antes hubo un candado. Ariosa se animó por primera vez. Sus subidas tuvieron mucho que ver con los calores del Nacional amigo del empate, empeñado en mantener dos puntas pese a la inferioridad numérica pero empujado a defender el punto mucho más que a atacar. Aliviado tras el final del partido, en el que una atajada de Muñoz ante un tiro cruzado de Vera lo salvó de perderlo todo en cuatro días.
Martín Rodríguez

No hay comentarios: