lunes, 23 de noviembre de 2009

La recta de Maroñas

La fiesta del barrio fue tricolor: 2-0 y lidera en solitario el Apertura
Nacional llegará al clásico del próximo 6 de diciembre siendo el puntero exclusivo del Torneo Apertura, luego de superar una de las pruebas más duras que tenía que afrontar en la parte final del campeonato. Le ganó bien a Danubio en el siempre complicado reducto albinegro de Jardines y confirmó que es un serio aspirante al primer título de la temporada. Sin un juego mayormente lucido pero con pegada en los momentos justos y oficio para manejar los tiempos del partido, el equipo de Eduardo Acevedo aprovechó el traspié que había tenido Liverpool en la mañana, se afianzó en la cima de certamen y agudizó el mal momento de Danubio, que ayer sumó su cuarta derrota consecutiva al hilo.

¡Ave, Matute!
El equipo tricolor agarró la manija del partido para no soltarla luego del primer gol, que llegó poco antes de los 30' gracias a una precisa combinación entre Lodeiro que mandó un buen centro y Gustavo Varela, que anticipó bien en el área y lanzó la bola a las redes con una precisa palomita. Hasta ese momento Nacional había llegado poco al área de Conde y las chances más claras las había tenido Danubio, que en dos ocasiones pudo abrir el marcador a través de Diego Ifrán, que no pudo concretar. La localía danubiana -que a diferencia de otros clubes es posible porque su dirigencia acondicionó el escenario de Jardines del Hipódromo de acuerdo a los actuales requerimientos de seguridad y puede recibir a los grandes-, parecía incomodar a Nacional, que salvo por algunos chispazos de Matute había hecho poco en el juego, más allá de meter pata en el medio y atrás. El trámite disputado dentro de la cancha tuvo su correlato fuera del campo, con un gran cruce dialéctico de hinchadas que siguió a la aparición de dos gallinas en el campo de juego, arrojadas por hinchas danubianos con intención de ofender a los tricolores. Si bien no está exenta de violencia, esa relación cercana entre las parcialidades rivales le da un color especial a los partidos que los grandes juegan en los barrios de sus oponentes de turno, costumbre lamentablemente casi erradicada del fútbol nuestro en los últimos tiempos. A esa altura iban 20 minutos de partido y el árbitro paró el juego durante unos instantes para que la situación se normalizara. Casi enseguida Ifrán lo tuvo pero falló y la casi inmediata respuesta fue el gol de Varela, que quebró definitivamente la tarde de Jardines.

De ahí en más, hasta el final, Nacional dominó a su rival y salvo algún leve acercamiento, en todo momento pareció que los franjeados no estaban para empatar. El conjunto de Acevedo al influjo del buen pie de Matute, de la eficiente tarea de sus volantes y de un prolijo trabajo defensivo sacó el encuentro adelante y en el segundo tiempo fue decididamente muy superior a su rival. Con el correr de los minutos el clima caliente y húmedo que dominaba la tarde comenzó a hacer su trabajo y el partido entró a jugarse a un ritmo algo pastoso, donde el cansancio de los volantes propició un juego abierto pero lento. Esto le convenía a Nacional, que administró bien la ventaja y en varias ocasiones pudo liquidar el encuentro, cosa que finalmente sucedería a 5' del final, cuando el Viruta Vera -que suplantó de buena manera al opaco Morro García- anotó después de burlar bien a Conde luego de una notable habilitación de Matute Morales, una vez más artífice de una nueva victoria alba, la décima en el Apertura, aunque por la ya conocida sanción sólo nueve son las que se contabilizan en la tabla del certamen. La anotación del reaparecido Vera desató el festejo contenido de los tricolores, sabiéndose únicos punteros tras salvar el difícil examen en una cancha donde no es fácil irse ganador. El triunfo, además, se potencia por darse en la antesala del clásico, que, como no pasa hace un buen tiempo, tendrá a los dos rivales tradicionales peleando por el título en la recta final, si bien en esa lucha Nacional tiene una luz de ventaja y en el medio hay otros interesados.
Gonzalo Giuria

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