jueves, 12 de marzo de 2009

Bis

La segunda final de la LUB va mañana en el Cilindro Municipal

El primero ya pasó y ahora vuelven a verse las caras los dos finalistas de la Liga. Las cosas cambiaron, Biguá ya tiene ventaja y buscará hundir más a los fusionados que tienen a Woodward lesionado y aún no se sabe si podrá ser de la partida. El extranjero, que sólo participó de catorce minutos en el primer enfrentamiento, sufre una lesión muscular, un pequeño tirón, que arrastra desde el pasado viernes y no le está permitiendo actuar normalmente. Gustavo Huertas, médico sportinguista, trabaja junto con él para tener la mejor evolución y lograr llegar a jugar mañana. El tiempo en que el norteamericano estuvo en cancha el pasado martes fue indeciso y con poca confianza en su propio juego, algo normal, por sentirse incómodo físicamente. De concretarse esta baja en Sporting, la estrategia ofensiva del equipo de Jauri deberá cambiar, ya que una de las primeras armas de ataque es Woodward.

El martes Biguá fue mejor y lo demostró en el resultado final; su rival le permitió equivocarse un poco y no pagar por esos errores. La poca efectividad de los dos equipos en el arranque mostró un contraste grande con el antecedente más inmediato de semifinales, donde Atenas y el pato se habían matado a triples. Los dirigidos por el Che aprovecharon las posibilidades que daba Sporting, que sorprendentemente no atacaba bien y quedaba muy mal parado en el balance defensivo, aprovechándolo bárbaro con corridas del Pica. Además de esas distracciones, el equipo fusionado ya sufría en ataque la falta de Woodward y buscaba, a veces en exceso, descontar de tres puntos sin ser efectivo. Biguá fue fuerte en defensa y forzó errores del fusionado, pero la viola no encontró caminos en ningún momento del juego.

Seguramente mañana los de Jauri focalizarán sus cambios de juego en contener más las vías ofensivas del pato y encontrar más el lirismo que mostraron durante casi toda la temporada para empatarle la serie al actual campeón de la Liga Uruguaya. Biguá, que tuvo sentido a Leandro García Morales, buscará mejorar un poco su volumen de juego, sabiendo que otra victoria lo perfila al bicampeonato. El pato tampoco jugó muy lindo el otro día, pero igual se quedó con la final, por ser mucho más certero y muy fuerte en el plano defensivo.

Desde las nueve (por razones de la televisación terminará empezando más tarde) estará pronto el gimnasio del Cilindro para albergar a los equipos que pugnan por consagrarse como campeones por segunda vez en la historia de la Liga Uruguaya de Básquetbol. Mañana seguramente el juego cambie y el paso de los minutos le brinde más emoción, ya que el pasado martes la impresión que quedó no fue de finalísima, sino de un juego de mitad de temporada.

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