El delirio colectivo en el escenario albo duró poco y el pitazo final de Tabeira dio lugar a un recatado festejo por el punto obtenido y, más que nada, a la reflexión sobre el futuro de Nacional, tanto en la actividad local como en la Libertadores.
Los de Pelusso ayer padecieron durante buena parte del encuentro los errores propios, además del planteo utilitario propuesto por Cerro Largo, que estuvo a pocos segundos de obtener una victoria histórica.
El equipo del interior fue ganando 2-0 hasta los 85 minutos de juego, cuando un penal convertido por el argentino Domínguez cortó el gualicho que hasta ese momento había mantenido a la pelota fuera de la red arachana.
Si el mérito tricolor fue pelear hasta el final, la virtud de Cerro Largo estuvo en la acertada aplicación de lo planificado antes del encuentro, que consistió en marcar mucho, cortar los circuitos de juego del rival y aprovechar las situaciones de gol que tuvo.
Sabido es que después de una victoria resonante -como la obtenida ante River argentino el pasado jueves- es común que los equipos al partido siguiente tengan una actitud un tanto relajada y puede ser que algo de eso le pasara a Nacional, aunque en la balanza del análisis del encuentro debe tallar y mucho lo efectuado por los arachanes, que, si bien en lo previo no parecían un rival temible, en la práctica lo fueron.
Cuando a los 11 minutos del segundo tiempo Cerro Largo consiguió su segundo gol, pareció que la suerte del partido estaba definitivamente echada.
Si bien aún restaba jugar una buena parte del encuentro, la imprecisión tricolor, las constantes chances claras de gol malogradas y el aire que iban tomando los arachanes en cada interrupción dejaban esa impresión, aunque este equipo albo ya está acostumbrado a revertir partidos y, en definitiva, una vez más lo hizo.
Ni el ingreso de Matute Morales pudo clarificar el accionar de Nacional, que igualmente sin tener un buen desempeño colectivo -seguramente el de ayer fue uno de los peores partidos del año, particularmente por el bajo desempeño de la zaga- remó y remó hasta torcer el resultado final, que privó a Cerro Largo de puntos valiosos para la tabla del descenso, en la que está sumamente comprometido.
El quiebre en la actividad local que impondrán los partidos de la selección le vendrá bien a Nacional, que cuando retome la actividad en el Clausura tendrá que enfrentar a Defensor Sporting, en un partido que puede ser decisivo en este segundo torneo corto de la temporada y en la tabla anual.
La lección de ayer puede ser fructífera para los tricolores. A veces un tropezón en la mitad del camino sirve. Gonzalo Giuria
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