Finalmente, el ahora ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) decidió renunciar a su cargo en la tarde de ayer -tal vez la carta renuncia ya estaba el miércoles a pesar de la negativa del vice Rivero, quien ayer temprano confirmaba que no había renuncia ni carta-, y con su ida de Guayabo 1531 comenzó una movida feroz para acomodarse en el andarivel ganador y ganarse el crédito de ventajas a futuro. No se sabe qué es lo que va a pasar.
Como estaba previsto luego de su triste ida del edificio de la calle Guayabo en la tarde del miércoles, ayer se reunió con sus compañeros del Ejecutivo y les presentó la carta de renuncia al mandato máximo de nuestro órgano futbolístico. José Luis Corbo completó de esta manera solamente dos años y medio al frente de la AUF, siendo que su mandato finalizaba después del Mundial Sudáfrica 2010.
Los demás integrantes del Consejo Ejecutivo llamaron a una Asamblea de Clubes para hoy a las 19.00, aunque trascendió que varios clubes harían el intento de convencer a Corbo para que reviera su decisión.
En la asamblea se deberá decidir el futuro de la AUF. El vicepresidente Washington Rivero anunció ayer de tarde, antes que Corbo renunciara, que él no se iba a alejar de la AUF hasta que no hubiera nuevas autoridades para el fútbol. Las afirmaciones de Rivero en "Dos Intrusos en el Fútbol", en Radio Nacional, involucraban indirectamente también a Sebastián Bauzá, con quien había conversado al respecto.
A la noche, Bauzá le decía a Máximo Goñi en "Hora 25" que es imposible irse: "Si nos vamos quién va a firmar los cheques para ir a Chile”, se lamentó el bellavistense. Realmente está difícil desentrañar qué es lo que sucederá a partir de esta jornada. No aparecen nombres muy claros sobre posibles candidatos, aunque sondean candidaturas como las del presidente de Liverpool, José Luis Palma; la del ex presidente de Defensor Sporting, Fernando Sobral; el actual neutral Sebastián Bauzá, y, por supuesto, siempre sobrevuela entre sus aún muchos seguidores el nombre de Eugenio Figueredo.
Corbo no dejó muchas más razones para su renuncia que las elípticas y barrocas explicaciones que constan en su carta, y se encargó de aclarar -hablando con Omar Gutiérrez en Montecarlo- que las posibles amenazas de presuntos hinchas de Villa Española no hacen a las razones de su renuncia y que no son más que una simple anécdota.
El hasta ayer mandatario de la AUF se habría perturbado por algunos movimientos de ciertos clubes (Danubio, Defensor y Liverpool) que se habían manifestado públicamente contra algunas de las variantes que Corbo había impulsado en uso de sus superpoderes (que todos menos Liverpool le habían otorgado), como la baja en la quita de puntos por incidentes o los movimientos de algunos tribunales.
Entre las vueltas raras que tiene esta historia está la de que algunos clubes estarán juntando votos para pedirle al renunciante que no renuncie. No necesariamente son los mismos que en el 2006 lo llevaron a la presidencia.
Las doce adhesiones para Corbo aquel 31 de julio de 2006 en que venció a Eduardo Abulaffia, el otro candidato -también estaba Héctor Pichón Núñez, pero no lo dejaron participar por entender que no se había candidateado a tiempo-, fueron las de Rampla Juniors, Nacional, Peñarol, Danubio, Liverpool, River Plate, Central Español, Rocha, Deportivo Colonia, Cerrito, Miramar Misiones y Segunda División. No le habían dado el voto Defensor Sporting, Cerro, Bella Vista, Rentistas, Wanderers y Tacuarembó.
Aquella misma noche, Corbo, que por ese entonces tenía 69 años y llegaba por primera vez a la presidencia de la AUF después de haber presidido el Tribunal de Penas, el Tribunal de Apelaciones, el Colegio de Árbitros y hasta su propio club, Rampla Juniors, señalaba: “Yo no represento a nadie, y quiero decirlo claramente. No dependo de nadie; ni de personas, ni de empresas, ni de asociaciones, ni de nada. Yo respondo a mi persona, a mis ideas, a mis convicciones y a mis principios”.
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