lunes, 9 de marzo de 2009

Una pegada

Domínguez tiró de lejos y Nacional derrotó a Tacuarembó
Las varias atajadas de Rodrigo Muñoz y una decisión arbitral errónea pero beneficiosa para los tricolores demuestran que la visita tacuaremboense al Parque Central no tuvo nada de grata. Los tricolores se valieron de un remate de distancia del argentino Federico Domínguez para ganar 1 a 0 y comprobar que quien tomó la decisión de contratarlo alcanzó un nivel de acierto comparable con el de su patada. El tiro cruzado que venció a Navarro Montoya a los 20 minutos no fue el comienzo de un triunfo cómodo para el local. Más bien le auguró un trámite complejo, que podría haber vuelto a empatarse si no hubiera sido porque el línea Hartwig se equivocó al hacer anular un gol de Tacuarembó.
Los dirigidos por Manta desarrollaron un juego prolijo, que tuvo en la habilidad del delantero Ramírez su mejor carta de presentación. La efectividad de los cuidados tomados ante las amenazas de un rival de mayor poderío no los hizo caer en eso de andar metiendo el Agencia Central delante del arco del Mono. La presentación rojiblanca se destacó por su prolijidad en el trato de la pelota, generalmente jugada con serenidad y criterio pese al devenir del partido. Al fin y al cabo, tuvieron que correr la liebre desde los 20 minutos. Sin embargo, el funcionamiento se mostró como a prueba de desventajas.
No sorprendió que el anotador Domínguez sacara una pelota de la línea tras una definición finísima de Ramírez, ni que en el complemento Muñoz tuviera que volar sobre uno de los ángulos tras un cabezazo tacuaremboense casi empatador. No hubiera sorprendido la llegada de la igualdad sobre el cierre del primer tiempo, por ejemplo, mediante el gol que se aprestaba a convertir García cuando Hartwig cometió el error de señalar una posición adelantada inexistente y apadrinó una suerte de empate moral. No reconocido en el formulario pero exento de legitimidad.
Nacional no pudo transformar la ventaja tempranera en oportunidad para llevarse puesto al rival. No es que no haya estado a tono con las buenas intenciones ajenas, incluso es probable que en el Apertura que ganó a fuerza de victorias sin brillo haya tenido jornadas más flojas, pero una cuestión de potencial le levanta el nivel de exigencia. Tanto que el 1 a 0 queda chiquito.
El solo hecho de que las manos de Muñoz sean parte de la explicación del desenlace deja al descubierto el riesgo corrido. La buena noticia de tener un arquero seguro trae la sensación de haber vivido una tarde complicada, que sumó algunos otros destaques al margen de los guantes del golero. Fernández confirmó lo mucho que sabe hacer cerca del arco rival con un par de llegadas de esas que viene mostrando desde el verano, cuando para la mayoría era un tal Fernández. Otra persona en comparación con el jugador de hoy, clave para el equipo.
Lo de Domínguez va en la misma línea, al menos si se trata de evaluar pegadas y subidas. Sale y pasa bien, pero parece pegarle todavía mejor, o cada vez mejor. Como dicen que canta el tipo que aparece en la camiseta del equipo que ayer lo sufrió.
Martín Rodríguez

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