lunes, 16 de marzo de 2009

Cerró Cerro

El albiceleste ganó a domicilio y está bien arriba

El trabajo defensivo de Cerro fue factor fundamental para la victoria.‭ ‬Y claro,‭ ‬cuando jugaba con diez hombres el autogol de Argachá le vino de pelos. El epílogo,‭ ‬dramático,‭ ‬jugado‭ ‬a matar o morir entregó dos goles más‭ -‬uno por equipo-,‭ ‬y con el pitazo transformó todo en desazón para los bohemios y en euforia para la hinchada visitante,‭ ‬que se fue palpitando el inminente clásico con Rampla.
El asunto arrancó favorable para Wanderers, que en el Viera suele ganar un plus de confianza y por momentos abruma a sus rivales.‭ ‬El Bigote López fue el principal animador en el ataque,‭ ‬pero sus buenas intenciones nunca prosperaron,‭ ‬ya sea por errores propios o por falta de compañía para cerrar la jugada.
Recién pasado el cuarto de hora Cerro llegó con peligro mediante Boghossian y su cabezazo alto.‭ ‬Ya promediando el período,‭ ‬el juego se emparejó en la media cancha y despuntaron los primeros roces,‭ ‬donde entró en escena el árbitro haciendo gala de una interesante variedad de criterios.
El cierre del PT encontró a Cerro funcionando mejor,‭ ‬pero las buenas combinaciones ofensivas morían sistemáticamente en pelotazos al Miguelete.‭ ‬Y el inicio del ST ofreció el mismo cariz que al principio,‭ ‬con Wanderers en la iniciativa e incluso sumando gente en ataque para quebrar el cero.
Recién había errado un gol imposible López para Wanderers,‭ ‬cuando a los‭ ‬61‭’ ‬se fue expulsado Cabrera en Cerro y un gran murmullo ensordeció la mañana.‭ ‬Todo a pedir bohemio cuando llegó la fatalidad:‭ ‬pase al vacío sobre el área de Wanderers y Argachá,‭ ‬intentando despejar,‭ ‬mandó la pelota por encima de su arquero y‭… ¡‬gol en contra‭! ‬Vaya un merecido‭ “‬te queré‭’ ‬matar‭”‬ para Adrián.
Las instancias finales fueron un deleite para un espectador neutral,‭ ‬como en este caso.‭ ‬Las pulsaciones que subían de la cancha a la tribuna,‭ ‬volvían a bajar entre lamentos,‭ ‬puteadas e incluso falsos gritos de gol,‭ ‬como cuando un tiro del‭ ‬Palomo Rodríguez rozó el palo y la barra bohemia la vio adentro.‭
Por eso,‭ ‬el gol de Trujillo a los‭ ’‬90‭ ‬y de contragolpe,‭ ‬un poco como que devolvió el alma al cuerpo de ambas hinchadas, porque en seguida Lacerda descontó para Wanderers y alborotó de nuevo los corazones.‭ ‬La foto del final,‭ ‬con todo un estadio de pie vibrando a segundos del pitazo es una postal que pocos deportes regalan.‭ ‬Entonces,‭ ‬gracias por el fútbol.
Rodrigo Ubilla

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