martes, 14 de octubre de 2008

Abri la ventanita


Uruguay tomó aire en La Paz al empatarle de atrás a Bolivia con dos cabezazos Cuando la esperanza trastabillaba, el Loco Abreu dio el salto perfecto y clavó el 2-2 que por plasmar un empate de atrás y en difíciles condiciones resultó productor de un profundo alivio. Caso contrario, la derrota hubiera sido peor que la altura y el dolor de cabeza lo habríamos sentido todos hasta el partido con Paraguay allá por fines de marzo de 2009.
Otra vez empezamos mal, otra vez nos aliviamos al final. El punto obtenido en los 3.600 metros de altura de la capital boliviana, en donde Paraguay, el líder cómodo de la Clasificatoria Sudamericana perdió su único partido por 4 a 2, se vuelve muy valioso por la posibilidad cierta de seguir disputando con chance la cuarta y quinta posición, además de dar un impulso anímico que debe durar cinco meses para cuando el largo camino a Sudáfrica tome su último tramo.
En el comienzo el trámite se dio de igual a igual contra un rival al cual generalmente Uruguay golea en el Centenario y nunca le pudo ganar en el Siles. A las mandadas del lateral izquierdo Abdón Reyes, muy peligrosas, Uruguay contestó con dos o tres jugadas de gol no concretadas (entrada al área de Vicente por izquierda terminada en un caracoleo y pase forzado al Cebolla y que este desperdicia en un taco infructuoso que nunca le llegó a Bueno; otra de Vicente que cuando quedó con la sola resistencia del golero Arias, decidió un pase atrás hacia Bueno quien entre sorprendido y vacilante sacó un tirito inofensivo).
Más efectividad tuvieron los verdes. Ronald García envió uno de sus tantos pases a distancia y Lugano restó hacia adelante justo hacia donde estaba el brasileño-boliviano que juega en Ucrania, Marcelo Martins Moreno. No hubiera sido mayor problema porque Gargano estaba al lado y lo habría trabado si no estuviera en su mal momento de altura del que le costó salir. Resultado: como para que no le sacaran la pelota conectó de zurda y la metió en el mejor rincón posible para él y en peor de Castillo.
De ahí en más a sufrir un poco. Bolivia aparecía levemente dominante, Scotti tomaba amarilla al cometer una imperfección técnica y golpear para salvarse, Cebolla se mandaba una corrida desde su cancha a la ajena que terminó en remate ya en el área chica en posición oblicua que favoreció la atajada de Arias, y se estaba tratando que los ímpetus locales no molestaran más de lo admisible cuando llegó el segundo gol. Bajen la cortina, dijo Romano, y capaz que era así nomás. O no. Pero en ese momento solo vimos la repetición que mostraba a Martins otra vez triunfador en un cabezazo ganador ante ¡otro centro largo de Ronald García!, el pilar boliviano.
2-0 en contra y a remar en el segundo tiempo.
A poco de empezar, una tapada de Castillo ante inquieto Martins y seguían las subidas de Abdón. Rápido, entrada para Maxi Pereira a ver si tapa ese costado. Ya obstruye y corre y el equipo, no por ese sólo factor, se empieza a mover mejor que en la primera etapa.”Siempre hay algo por lo que pelear, aunque sea por la dignidad” fue el casi resignado pero estimulante mensaje del Maestro Tabárez en los vestuarios, según lo contó, luego, él mismo. Y algo de eso se mostró.
Y de las búsquedas surgen conquistas. Una buena combinación culminó en un centro a pelearla del arachán Bruno Silva. El que saltó fue el Loco Bueno y le ganó a tres, los dos que saltaron con él y el golero.
El 2-1 estimuló. La zanahoria estaba más cerca…o parecía estarlo.
De todas formas siempre quedan sustos para los celestes. Castillo falló, quedó regalado y salvó al final con una mano. Iban 24 del segundo tiempo. Enseguida entró Abreu por el Cebolla. Otra carta a jugar. Faltaban diez minutos cuando Maxi Pereira probó y su tiro pasó cerca.
Unos dicen que no lo damos vuelta más y los más optimistas piensan que todavía lo estamos buscando y mientras hay intentos hay esperanzas.
Van 43 minutos cuando Cáceres sube por el centro, cuando Vicente lo ladea y recibe su pase. Y cuando Abreu viene entrando al área, junto a varios, va el centro del petiso educado en la altura de Toluca y va el salto felino de Abreu. Y ahí quedó el empate con sabor a victoria.
Sabor a hazaña dijo un exagerado de los que siempre caben en estos casos.
Para el segundo tiempo “les pedimos cambiar el juego en largo” dijo Tabárez, “con el resultado en contra lo exageramos y pudimos haber perdido o ganado”.
Y sacó la conclusión mejor a la que adherimos: “Estamos vivos, podemos dar pelea, tenemos que superar aspectos futbolísticos”.
Pero dígame buen amigo lector de la diaria, después de esta jornada en La Paz, ¿Qué otra cosa puede ser difícil o insuperable?
Jorge Burgell

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