domingo, 5 de octubre de 2008

Puntito y puntazo

Cerro lamentó lo que Cerro Largo festejó: 1 a 1

Lo que para el albiceleste fue apenas un ingreso de caja chica, para los arachanes resultó una suma digna de cuenta bancaria. Cerro Largo ganó un punto doble y frenó al invicto Cerro. El equipo de Repetto empezó para comerse al rival, pero no pudo con el operativo que sacó una unidad camino a Melo.

Líber Prudente pitó bien y sintetizó mejor. Como si la situación vivida por Alberto le hubiera generado cierto sentimiento de culpa con la prensa, cuando el partido no era ni treintón tomó dos decisiones ilustrativas: expulsó casi simultáneamente a los zagueros Pallante y Lima.

Los villeros reaccionaron pasando a jugar con tres defensas. Repetto no tocó nada del medio hacia arriba, pero Wilmar Cabrera pensó en la puerta del fondo y sacrificó al volante De Souza, con quien de inmediato restableció la línea de cuatro final.

Sucesivos reflejos de los técnicos confirmaron esa verdad que nos iluminó. Vimos más de lo mismo cuando Cerro probaba delanteros, mientras que Cerro Largo arrancaba el complemento con un solo atacante.

Wilmar se animó porque el partido lo obligó. Su primer movimiento ofensivo llegó tras el gol de Cerro, ése que demostró que las subidas de Núñez y Caballero, el fútbol del anotador Suárez y el tanque de oxígeno que Andrés Rodríguez trajo del banco habían superado el blindaje arachán.

Matías Paz aportó el convencimiento que a Cerro Largo le había faltado en una hora, y destapó las debilidades albicelestes que dieron paso al empate. El cuento del puntito y el puntazo vino con remate previsible: el favorito desesperado y el débil crecido a la sombra de los nervios ajenos, agarrado del aguante del volante Pérez y el zaguero López.

Los arachanes celebran la unidad que su rival maldice, luego de lidiar con un fixture inicial que incluyó varias cuotas de derecho de piso.

Martín Rodríguez

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