1.669 caracteres son pocos, apenas un talle S para un partido XL, lleno de variantes. A pesar de su escasa significación en la tabla, el que Wanderers le ganó 3 a 2 a Rampla en la hora fue un juego interesante por su trámite. Capitano se quedó con el duelo de los técnicos argentinos, en un encuentro minado de cambios de sistema, altamente influenciado por las decisiones de los DT.
Rampla supo mentir durante un rato. Disimuló las carencias que se le volverían indisimulables cuando se sobrepuso a un rival avasallante al promediar el primer tiempo, a fuerza de jugadas aéreas que desnudaron la principal carencia bohemia, las goteras del techo de su defensa.
El local contestó con firmeza. El ingreso de López y el Palomo Rodríguez plasmó un 3-3-1-3 que en 16 minutos del complemento dio vuelta el resultado. Al toque que exasperaba a su gente mientras no aparecía el gol le sumó la contundencia antes ausente.
Corujo y Bigote López se divirtieron por la derecha, donde el ramplense Da Silva nunca dio con la pelota. Dando muestras de un llamativo desapego por esquema alguno, Capitano sacó al enchufadísimo Chaves y mutó a un 3-3-2-2 que sería su tercer sistema en el partido. No la llevó mal con Fadeuille sumado a los volantes retrasados, pero Rampla lo embocó sin merecerlo, valiéndose de otra gotera tras un saque lateral. Le empató casi en la hora.
Casi no es del todo. La hora recién sería tal cuando López se mandó una apilada de campito y puso el gol de la victoria. Un jugadón a la medida del partido y del lugar común más visitado por los que fuimos al Viera. Aquello de bigote pa’ arriba.
Martín Rodríguez
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